Belém amaneció ayer, 19 de noviembre, con un mensaje claro desde el corazón de la COP30: el futuro climático de Iberoamérica no puede escribirse sin sus jóvenes. Y así lo demostraron.
En un acto celebrado en el stand 'Iberoamérica viva', la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y el Organismo Internacional de la Juventud para Iberoamérica (OIJ) firmaron un convenio que promete convertir a las nuevas generaciones en protagonistas de la transformación socioambiental de la región.
El acuerdo, ratificado por el secretario general de la OEI, Mariano Jabonero, y su homólogo de la OIJ, Alexandre Pupo, nace en un contexto simbólico: Belém do Pará, ciudad anfitriona de la COP30 y emblema de los desafíos climáticos amazónicos.
La firma se enmarca además en el encuentro 'Juventud de América Latina: educación, cultura y justicia socioambiental', donde participaron Rodrigo Rossi, director de la OEI en Brasil; la joven campeona del clima de la COP30, Marcele Oliveira; y Guilherme Neves, responsable de programas juveniles de la Secretaría Nacional de Juventud de Brasil.
El acuerdo
Más que un gesto institucional, el convenio pretende abrir puertas concretas. Y es que, a partir de ahora, ambos organismos trabajarán conjuntamente para crear oportunidades de formación, investigación y participación dirigidas a jóvenes de los países iberoamericanos, especialmente aquellos procedentes de territorios periféricos, zonas rurales o comunidades históricamente infrarrepresentadas.
Todo ello, con una meta ambiciosa: que los jóvenes no solo sigan el debate climático, sino que influyan en él.
Mesa de diálogo de la OEI y la OIJ.
En términos prácticos, la alianza prevé el desarrollo de programas de educación ambiental, articulación territorial y comunicación pública, así como redes de colaboración que faciliten su acceso a proyectos de sostenibilidad y justicia socioambiental.
Con ello, la OEI y la OIJ buscan fortalecer el liderazgo juvenil en ámbitos como la transición justa, la cultura, la diplomacia climática y la inclusión.
El acuerdo está alineado con la Nueva Agenda de la Juventud para Iberoamérica, que prioriza la justicia socioambiental y la interseccionalidad. Así, este enfoque reconoce que los desafíos climáticos son inseparables de los culturales, económicos y sociales, y que solo una juventud empoderada, diversa y participativa puede impulsar soluciones duraderas.
Además, la firma coincide con el proceso de actualización de la Carta Cultural Iberoamericana, liderado por la OEI tras el mandato otorgado en la última Conferencia de Ministros y Ministras de Cultura celebrada en Barcelona.
Pues, este documento estratégico coloca la cultura como eje para el desarrollo sostenible y la participación ciudadana, reforzando la idea de que las expresiones culturales son aliadas clave en la movilización climática.
Para ambas instituciones, el convenio simboliza una apuesta decidida por el potencial transformador de los jóvenes. Con nuevas herramientas de formación, más espacios de representación y una mayor visibilidad para sus iniciativas, la juventud iberoamericana se prepara para ocupar un lugar central en la lucha contra la crisis climática y en la construcción de sociedades más justas, inclusivas y sostenibles.
