El Ártico podría quedarse sin hielo por primera vez a finales de agosto o principios de septiembre en esta década. Estas son las conclusiones que ha arrojado un equipo de científicos en un estudio publicado este 5 de marzo en la revista Nature Reviews Earth & Environment. Esto supone que el inmenso mar gélido podría vivir su primer día sin hielo 10 años antes de lo que se creía anteriormente.

Alexandra Jahn, profesora asociada de ciencias atmosféricas y oceánicas y miembro del Instituto de Investigación Ártica y Alpina de la Universidad de Colorado en Boulder, ha revisado la bibliografía existente sobre las proyecciones del hielo marino en la región más septentrional del mundo. Junto a sus colaboradores, también ha observado los datos de cobertura de hielo marino de modelos climáticos computacionales para evaluar cómo podría cambiar diariamente el Ártico en el futuro.

A finales de siglo, es posible que no haya hielo entre mayo y enero —incluida la estación invernal— en un escenario de altas emisiones, y entre agosto y octubre en un escenario de bajas emisiones. Según los autores, entre 2035 y 2067 podría haber septiembres sin hielo. El año exacto dentro de ese periodo depende de la rapidez con que el mundo reduzca la cantidad de combustibles fósiles quemados.

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Aunque un Ártico sin hielo es inevitable, Jahn afirmó que los futuros niveles de emisiones seguirán determinando la frecuencia con que se den estas condiciones. En un escenario de emisiones intermedias, la senda que sigue la sociedad actual, el Ártico podría quedar libre de hielo solo a finales de verano y principios de otoño, de agosto a octubre. Pero en el escenario de emisiones más elevadas, el Ártico podría estar libre de hielo hasta nueve meses a finales de este siglo.

"Esto transformaría el Ártico en un entorno completamente diferente, de un Ártico blanco de verano a un Ártico azul. Por eso, aunque sea inevitable que no haya hielo, debemos mantener nuestras emisiones al nivel más bajo posible para evitar que se produzcan heladas prolongadas", ha afirmado Jahn.

Un Ártico sin hielo

Para los científicos, un Ártico sin hielo no significa que este desapareciese del agua. Los expertos consideran que el lugar no está helado cuando el océano tiene menos de 1 kilómetro cuadrado (386.000 millas cuadradas) de hielo. Este umbral representa menos del 20% de la capa de hielo mínima estacional de la región en la década de 1980. En los últimos años, el Océano Ártico tenía alrededor de 3,3 kilómetros cuadrados de superficie de hielo marino en su mínimo en septiembre.

La principal razón de la pérdida acelerada de hielo marino es, tal como afirma Jahn, la emisión de gases de efecto invernadero. La disminución de la capa de nieve y hielo aumenta la cantidad de calor de la luz solar que absorbe el océano, lo que agrava el deshielo y el calentamiento del Ártico.

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No solo la fauna del Ártico, como las poblaciones marginales de osos polares, focas y morsas, sufrirá las consecuencias del deshielo, sino también los habitantes de la costa. El hielo marino reduce los efectos de las olas oceánicas en la costa, lo que significa que si se pierde las olas serán más fuertes y grandes y causarán más erosión.

"Por lo tanto, aunque sea inevitable que no haya hielo, debemos mantener nuestras emisiones al nivel más bajo posible para evitar la formación prolongada de hielo", ha dicho la científica.