Una "grave crisis de salud pública". Esas son las palabras exactas que describen la situación que vive, en estos momentos, Europa. Prácticamente todos los habitantes del Viejo Continente viven en zonas con niveles de contaminación atmosférica "peligrosos". Si hablamos de España, el 49% de la población respira aire contaminado.
Al menos, así lo asegura una investigación llevada a cabo por The Guardian. Para hacer tal afirmación, el periódico británico ha recopilado imágenes tomadas por satélite y datos de más de 1.400 estaciones de medición.
Tras analizar toda la información, se ha llegado a la conclusión de que el aire europeo está lleno de suciedad. Y es que el 98% de las personas que lo habitan respiran partículas contaminantes finas, conocidas como PM2.5, "peligrosas para la vida": al menos dos tercios de la población vive en zonas donde la calidad del aire duplica los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según la OMS, las concentraciones de PM2.5 nunca deberían exceder los 5 microgramos por metro cúbico. Por encima de esa cifra, los niveles de contaminación empiezan a volverse dañinos para la salud humana.
El foco de la contaminación
Macedonia del Norte es el país europeo que mayores niveles de polución del aire presenta. Casi dos tercios de los macedonios viven en zonas que superan por cuatro los límites seguros de la OMS. Además, en cuatro partes diferentes del país, entre las que se encuentra su capital, Skopje, se encontraron niveles seis veces más altos.
Tal y como afirma The Guardian, la contaminación en Europa del este es mayor que en la parte occidental del continente: más de un tercio de la población respira cuatro veces más partículas finas que las recomendadas por la OMS. Además, el valle del Po, en Italia, y sus inmediaciones alcanzan los mismos niveles que la parte oriental de Europa.
¿Qué son las PM2.5?
Las partículas contaminantes finas a las que hace referencia la investigación de The Guardian son aquella cuyo tamaño no supera los 2,5 micrómetros. Su peligro radica no solo en que sean invisibles para el ojo humano, sino en que pueden penetrar en los pulmones con mucha facilidad.
Respirarlas es peligroso, pues suponen un factor de riesgo que puede precipitar una muerte temprana. Su procedencia es clara: la quema de combustibles sólidos y líquidos para generar energías fósiles y los tubos de escape de los coches. A veces, también se forman en el aire como resultado de reacciones químicas entre varios contaminantes.
En los últimos años, han sido varios los estudios publicados que aseguran que estas partículas microscópicas son responsables de una amplia gama de enfermedades respiratorias, cardíacas o, incluso, de la diabetes, el cáncer o los nacimientos prematuros. Además, son causantes de diferentes enfermedades crónicas.
Las claves de la investigación
Siete países duplican los niveles de contaminación. Serbia, Rumanía, Albania, Macedonia del Norte, Polonia, Eslovaquia y Hungría doblan los límites seguros de la OMS.
Cuatro veces más contaminación que lo saludable. Esa es lo que respira más de la mitad de la población de Macedonia del Norte y Serbia.
Alerta en Alemania, España y Francia. En estos países, más de tres cuartos, del 49% y del 37% de la población, respectivamente, respira dos veces más partículas nocivas que las recomendadas por la OMS. En el caso de Reino Unido, tres cuartos de las personas se ven expuestas a niveles de contaminación entre una y dos veces más altos de lo idóneo.
30 millones de europeos. Esa es la cantidad de personas que vive en zonas donde los niveles de PM2.5 son cuatro veces superiores a las recomendadas por la OMS.
Suecia, la excepción. El país nórdico es el único en el que las concentraciones de PM2.5 en ningún caso duplican los niveles óptimos. Lo mismo sucede en el norte de Escocia.