La economía de los cuidados española, o el sector de los servicios personales y domésticos, genera más de 6.000 millones de euros al año. Sin embargo, el 80% se encuentra dentro de la denominada economía informal o sumergida.

Y el estudio sobre los cuidados realizado por la Asociación Española de Servicios Personales y Domésticos (AESPD) demuestra que, en España, las empresas de servicios que luchan contra la economía sumergida se encuentran "predicando en el desierto".

Solo la ayuda escolar a domicilio mueve 1.586 millones de euros. Pero, a la vez, se estima que genera cerca de 1.540 millones en el marco de la economía sumergida.  Le sigue la limpieza y el planchado a domicilio, que presentan un volumen de negocio de 1.253 millones frente al 1.166 millones de euros en b.

Asimismo, los servicios donde prácticamente todo el volumen de negocio pertenece a la economía sumergida, aunque en menor medida que los anteriores, son la asistencia informática o tecnológica y las reparaciones, ambas a domicilio.

En la ayuda a personas mayores la economía sumergida supone la mitad del volumen de negocio EP

La situación presenta una ligera mejora en la ayuda de personas mayores y dependientes y en el cuidado de niños en domicilio, donde la economía sumergida supone la mitad del volumen de negocio.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT), en su informe de 2019, sobre El Trabajo del cuidado y los trabajadores del cuidado indicaba que "el trabajo de cuidados, tanto remunerado como no remunerado, es de vital importancia para el futuro del trabajo decente".

El mismo informe remarca que en el trabajo de los cuidados remunerados la mayoría son mujeres "Con frecuencia migrantes, y cuando trabajan en la economía informal lo hacen en condiciones precarias", enfatiza. Además, hacen referencia a que en estos casos las retribuciones suelen ser muy bajas.

La doctora en sociología, Marta Domínguez, publicaba en 2019 un artículo en El observatorio social de la Caixa titulado Cuánto vale el trabajo doméstico en España en el que afirmaba que en 2010 -año del que se disponían los datos más recientes cuando se elaboró- las actividades no remuneradas en la economía española representaban el 40,77% del valor del PIB. 

Entre esas actividades investigadas se encontraban los cuidados a personas, la limpieza y el mantenimiento de la casa y alimentación.

Una nueva regulación

La AESDP, tras estudiar los datos que recoge su informe, reclama una regulación como la de algunos países europeos. Se menciona el ejemplo de Francia con la Ley Broloo de 2005.

Gracias a su aplicación, se acabó con gran parte de la economía sumergida en el país. Un modelo similar en nuestro país, según la asociación, permitiría que saliesen a la luz miles de empleos, ahora en b, a través de empresas especializadas en ellos.

El Foro Económico Mundial afirma que la economía del cuidado proporcionará más de dos millones de oportunidades de empleo en 2022

La ley gala permite la desgravación fiscal del 50% de gastos en servicios a las personas en el IRPF, ofreciendo igualmente deducciones en el Impuesto sobre Sociedades a las empresas.

Pero, sobre todo, asegura que los trabajadores accedan a empleos de calidad en su lugar de residencia y amplía los cotizantes en la Seguridad Social. A su vez, esto genera una disminución de las prestaciones por desempleo u otras ayudas sociales.

Alares, empresa española especializada en el cuidado de personas, indica que la demanda de sus servicios ha aumentado más de un 30% tras los peores meses de pandemia.

Sin duda es un sector en crecimiento, pero no solo en nuestro país. Según el Foro Económico Mundial, la economía del cuidado podría proporcionar 2.600.000 oportunidades de empleo en 2022.

Esto resalta no solo la necesidad de una mejor legislación en el ámbito de los cuidados en un futuro próximo, si no la de hallar soluciones rápidas a la situación que viven los trabajadores -en gran parte mujeres- del sector.