No importa el lugar del planeta en el que se viva: en todos los rincones se están empezando a notar, en sus diferentes formas, las primeras consecuencias visibles del cambio climático. Ya se dijo en la última cumbre del clima, celebrada en 2019 en Madrid: es el tiempo de actuar por el planeta, pero también por la especie humana. La pérdida de biodiversidad y el calentamiento global no solo afecta a la Tierra como astro, sino también a nuestra propia salud. 

António Guterres, secretario general de Naciones Unidas, no deja lugar a dudas: la ya considerada por muchos -incluida la Unión Europea y países como España o Reino Unidos- emergencia climática es el "mayor riesgo sistémico a nivel global para el futuro cercano". Cielos y mares cada vez más contaminados, limitados medios de subsistencias o fenómenos meteorológicos extremos son las consecuencias de un estilo de vida que, durante demasiado tiempo, no ha tenido en cuenta ni al medio ambiente ni la relación entre humanos y biodiversidad terrestre. 

El ODS en cifras

  • Una acción climática audaz podría generar al menos 26 billones de dólares en beneficios económicos para 2030.
  • Entre 1901 y 2010 el nivel medio del mar aumentó 19 cm, y se prevé que para 2100 aumente entre 30 y 122 cm más.
  • El Acuerdo de París acordó que la temperatura global no subiese más de 2º C por encima de niveles preindustriales, pero la comunidad internacional ya ha acordado que lo óptimo sería 1,5 °C.
  • Para limitar el calentamiento planetario por debajo de los 1,5 °C, las emisiones mundiales de CO₂ tienen que disminuir un 45% antes de 2030.
  • Entre 2015 y 2019, los niveles de dióxido de carbono fueron un 18% más altos entre estos años que en los cinco anteriores.

Metas para 2030

  1. Fortalecer las capacidades de adaptación y resiliencia a los riesgos relacionados con el clima y los desastres naturales.
  2. Incorporar en las políticas, estrategias y planes nacionales medidas que tengan en cuenta el cambio climático.
  3. Promover la sensibilización y educación respecto a la mitigación de la crisis climática.
  4. Movilizar, entre todos los países desarrollados, 100.000 millones de dólares anuales para atender las necesidades climáticas de los países en desarrollo.
  5. Promover mecanismos para aumentar la capacidad de planificar y gestionar eficazmente el cambio climático en los países menos adelantados.

El ODS en España

  • Desde los años 60 del siglo pasado la temperatura ha aumentado alrededor de 0,3 °C por década.
  • La precipitación media anual ha descendido en los últimos 50 años.
  • El 40% del suelo en España está amenazado por la desertificación.
  • En 2019, la emisión de gases de efecto invernadero equivalente por habitante ascendió a las 6,8 toneladas.