La superficie forestal quemada en España en 2023 supera ya las 59.000 hectáreas, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), una cifra bastante inferior a las más de 73.000 hectáreas que ardieron en 2022. Sin embargo, la tendencia de la última década sigue yendo en aumento, incrementándose por encima del 400%. Cifras igualmente preocupantes que seguirán en aumento con la llegada del verano y las altas temperaturas. Pero, ¿qué riesgo implica para el medioambiente y para nuestra salud estos incendios forestales?

Por el momento, un estudio de 2020 publicado por el Journal of the American Heart Association reveló que respirar humo intenso aumentaba el riesgo de un paro cardíaco fuera del hospital hasta en un 70%. Mientras que otras muchas investigaciones han relacionado el incremento de estos incendios con el aumento de visitas a las salas de emergencias, sobre todo en adultos mayores. Pero, ¿qué ocurre entonces con el medioambiente? Te contamos todo sobre sus efectos en la salud y el planeta.

¿Qué contiene realmente el humo de los incendios forestales?

"El humo de los incendios forestales está compuesto por una mezcla de gases y partículas pequeñas que son emanados por la vegetación, los materiales de construcción y otros materiales al quemarse". Así lo detalla la plataforma de Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU.

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Otros materiales entre los que se incluyen también los procedentes de las ciudades, destruyendo vehículos, edificios y su contenido, entre los que no faltan productos químicos, metales, plásticos y otros materiales sintéticos.

El humo de los incendios es, por lo tanto, incluso más tóxico que la propia contaminación atmosférica normal. Y es que además este tipo de humo puede llegar a permanecer en el aire durante semanas e incluso viajar cientos de kilómetros.

Como resultado, el humo de los incendios no solo representa un riesgo para la salud humana, sino también un importante impacto en la calidad del aire y el medio ambiente, pudiendo afectar a la vida silvestre, los ecosistemas y contribuyendo al cambio climático.

De hecho, entre los componentes presentes en el humo de los incendios forestales pueden encontrarse componentes como el dióxido de carbono (el principal gas culpable del efecto invernadero). Además de monóxido de carbono, partículas finas PM2.5 y PM10, compuestos orgánicos volátiles, hidrocarburos aromáticos policíclicos, óxidos de nitrógeno, aldeídos y cetonas, además de metales pesados.

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Qué efectos tienen los incendios forestales en la salud

Según CDC, el humo de los incendios forestales puede causar daño a la salud de muchas maneras, primeramente lastimando los ojos, irritando el aparato respiratorio y agravando incluso enfermedades cardíacas y pulmonares crónicas. Siendo las personas con más probabilidades de enfermarse los adultos mayores, las mujeres embarazadas, los niños y las personas con afecciones respiratorias y cardiacas persistentes.

Son varias las investigaciones como la realizada por el Centro de Investigación de la Calidad del Aire, en las que se ha evidenciado como "una cantidad determinada del humo de estos incendios puede llegar a provocar más inflamación y daños en los tejidos que la misma cantidad de contaminación atmosférica", según advierte el experto y director Kent Pinkerton.

Se ha demostrado que el humo de los incendios forestales conduce a una mayor cantidad de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y paros cardíacos entre las personas que han estado expuestas. Además, cuando hay una cantidad significativa de humo de incendios forestales en un área, también existe un aumento en las visitas a la sala de emergencias por afecciones respiratorias, viéndose una correlación con las defensas inmunológicas debilitadas dentro de las personas expuestas.

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"La exposición repetida, verano tras verano, es más que probable que cause enfermedades, pero es difícil hacer predicciones porque es difícil determinar a cuántos incendios estarán expuestas las personas, cuánto tiempo arderán los incendios o qué será lo que contendrá el humo", puntualiza Keith Bein del Centro para la Salud y el Medio Ambiente de UC Davis.

Entre los efectos inmediatos en la salud de respirar el humo de los incendios, encontramos:

  • Tos
  • Dificultad para respirar normalmente
  • Ardor en los ojos
  • Irritación en la garganta
  • Moqueo
  • Irritación de los senos paranasales
  • Sibilancias y dificultad para respirar
  • Dolor de pecho
  • Dolores de cabeza
  • Ataques de asma
  • Cansancio
  • Latidos cardíacos acelerados

Consecuencias reales de los incendios forestales en el medioambiente

La composición química de las partículas de humo de los incendios forestales es diferente de las partículas ambientales o de las presentes en otras fuentes contaminantes, provenientes de la industria o de los vehículos.

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Estas partículas contienen una proporción mucho más elevada de contaminantes a base de carbono bajo diversas formas químicas que a veces llegan a trasladarse a cientos de kilómetros y que también llegan a tener efectos agudos y crónicos en la salud de la fauna, llegando a reducir la capacidad pulmonar de los animales e incluso desencadenando cambios en las respuestas inmunitarias. Pero también provocando importantes efectos nocivos en la Tierra y favoreciendo el cambio climático:

  • Destrucción de hábitats y biodiversidad: Los incendios forestales pueden arrasar extensas áreas de vegetación, eliminando hábitats naturales de flora y fauna. Muchas especies de plantas y animales, especialmente las que son endémicas o tienen movilidad limitada.
  • Emisiones de gases de efecto invernadero: Los incendios liberan grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera. Lo cual contribuye al calentamiento global y al cambio climático, exacerbando sus efectos en el largo plazo.
  • Pérdida de carbono almacenado: Los bosques contienen grandes cantidades de carbono almacenado en la biomasa de los árboles y en el suelo. Cuando los incendios queman los árboles y materia orgánica del suelo, este carbono es liberado nuevamente a la atmósfera en forma de CO2, aumentando las emisiones de gases de efecto invernadero.
  • Cambios en los patrones hidrológicos: Los incendios pueden alterar el ciclo del agua en una región. La destrucción de la vegetación, puede reducir la capacidad de los suelos para retener agua, lo que puede llevar a un mayor escurrimiento superficial, erosión del suelo y alteraciones en los caudales de los ríos y arroyos.
  • Daño en la calidad del agua: Los incendios pueden llegar a arrastrar cenizas y otros contaminantes hacia cuerpos de agua cercanos, lo cual afecta a la calidad del agua y puede llegar a causar daño en la vida acuática.
  • Erosión del suelo: La pérdida de vegetación debido a los incendios puede aumentar el riesgo de erosión del suelo, especialmente en áreas con pendientes pronunciadas. La falta de vegetación y la exposición del suelo a la lluvia pueden llevar a la pérdida de nutrientes y a la degradación de la tierra.

Impactos, por lo tanto, significativos en el medio ambiente, que pueden afectar no solo a la biodiversidad y a la salud, sino también al clima, los recursos hídricos o la calidad del suelo. Una evidencia más, de que los incendios y su prevención son claves para mitigar los efectos negativos sobre los ecosistemas y la vida en el planeta.