El siluro (Silurus Glanis)

El siluro (Silurus Glanis) iStock

Historias

Este descomunal pez es uno de los depredadores acuáticos más peligrosos: la razón por la que supone una amenaza

Está haciendo peligrar los ecosistemas de algunos grandes ríos como el río Guadalquivir o el Ebro.

10 febrero, 2024 14:13

Los ecosistemas de los ríos españoles están en peligro y todo por una especie invasora de pez gigante capaz de devorar todo lo que encuentra a su paso. Y es que han sido varios los casos en los que este pez ha acabado por alimentarse de palomas, patos adultos o incluso de los de su misma especie, todo ello por la tremenda ingesta de alimento que esta especie precisa diariamente.

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Una colosal especie invasora que puede llegar a desarrollar hasta 2,5 metros de largo y hasta 130 kilos de peso y que en los últimos años se ha asentado en cada vez más ríos de España. Cada año amplía sus dominios y actualmente amenaza muchos de los ecosistemas de los ríos españoles, entre ellos el bajo Guadalquivir, una de las zonas con mayor importancia biológica en España.

El pez gigante e invasor que amenaza los ríos españoles

La especie invasora de pez gigante de la que vamos a hablarte es el siluro, uno de los actualmente considerados como depredadores acuáticos más peligrosos de nuestros ríos y también el pez de agua dulce más grande de Europa. Un pez originario de Europa Central que requiere, por sus dimensiones, una tremenda ingesta de biomasa diaria.

Un pez de agua dulce que se identifica por poseer un cuerpo alargado y comprimido en la parte posterior. No cuenta con escamas y su piel, por lo tanto, se encuentra cubierta de mucosidad. También destaca su cabeza especialmente grande y aplanada, junto con los seis barbillones bucales. Destaca también su esperanza de vida de hasta 30 años.

Pez siluro.

Pez siluro.

Todo ello, junto con sus necesidades alimenticias diarias, hacen que la presencia de los siluros en los ríos haga peligrar el ecosistema de los ríos españoles.

Este es el caso del bajo Guadalquivir, una zona de gran importancia biológica en la que se ubica una de las mayores zonas de cría y engorde de muchas especies, la mayoría de ellas comerciales como sardinas, boquerones, lubinas, corvinas o lenguados y que la presencia de este pez depredador estaría poniendo en peligro.

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Un pez sin depredadores

El principal problema de este pez originario de los ríos de Europa central y oriental e introducido en España, se cree, por los fanáticos de la pesca deportiva, es que se trata de un pez sin ningún depredador que pueda acabar con él una vez es adulto. Esto, añadido a que las temperaturas en el agua de los últimos años se han incrementado, no ha hecho más que esta especie crezca de manera desmesurada.

Una de las evidencias de su amenaza para el ecosistema en los ríos, es que la introducción del siluro ha provocado la casi total desaparición del barbo, una de las especies más abundantes de otro de nuestros grandes ríos: el Ebro.

Estrategias para mitigar el impacto del siluro en los ecosistemas acuáticos

El control de los siluros en España es, por lo tanto, una preocupación importante debido a su estatus de especie invasora. Para mantener a raya su población y mitigar su impacto en los ecosistemas acuáticos locales, lo que se está haciendo es aplicar diversas estrategias y medidas.

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Una de las principales tácticas es regular la pesca deportiva del siluro, imponiendo restricciones como tallas mínimas y límites de captura para evitar un aumento descontrolado de su población. Además, se llevan a cabo programas de captura selectiva en áreas específicas para reducir su densidad, a menudo a cargo de pescadores profesionales o equipos especializados en el control de especies invasoras.

La educación y la concienciación también juegan un papel fundamental al informar a la población local y los pescadores sobre los efectos negativos de los siluros en los ecosistemas acuáticos. Una información también respaldada por la investigación científica, que ayuda a comprender mejor la ecología de los siluros y su impacto en los ecosistemas locales.

Pero aun así, y a pesar de estos esfuerzos, el control de los siluros es un desafío constante en nuestro país debido a su resistencia y capacidad de reproducción. Todo ello exige una gestión continua y coordinada para mantener su población bajo control en España.