Publicada

Un año más, la Convención sobre la conservación de las especies migratorias de animales silvestres (CMS, por sus siglas en inglés) alerta del descenso de estos animales en todo el planeta.

La situación es preocupante, explica Amy Fraenkel, secretaria ejecutiva de la organización de la ONU, también conocida como Convenio de Bonn: "Los animales migratorios son el sistema de alerta temprana del planeta… y están en apuros".

Fraenkel pone como ejemplo las mariposas monarca, que "están desapareciendo lentamente de nuestros jardines" o las ballenas, que "viran el curso por unas aguas cada vez más calientes".

Estos "viajeros", dice, están "enviando un mensaje claro". Y este no es otro que la advertencia que Naciones Unidas no deja de repetir: "El cambio climático está afectando a la Tierra aquí y ahora, y sin acción urgente la supervivencia de las especies migratorias está en juego".

Para solucionarlo, propone la CMS, ya existen soluciones que se estarían aplicando en algunos casos. Por ejemplo, la implementación de corredores ecológicos para especies terrestres o la gestión dinámica de los océanos, como ya se está haciendo con las ballenas. Ambas, dicen, pueden mejorar la resiliencia de especies vulnerables.

Desafíos globales

Tal y como recuerda el análisis del Convenio de Bonn, estos animales funcionan como una suerte de "enlaces críticos" en los ecosistemas que sostienen la vida humana.

Serían como los tornillos que mantienen en pie la torre Eiffel: si se van quitando uno a uno, tarde o temprano colapsará. Y eso es, precisamente, lo que ocurre con las especies migratorias.

Desde la CMS ponen como ejemplo a los elefantes de bosque africanos (Loxodonta cyclotis), que contribuyen a la capacidad de almacenamiento de carbono en las selvas. O a las ballenas (Balaenidae), que transportan nutrientes esenciales a través de las cuencas oceánicas.

Todas "las especies migratorias son vitales para mantener ecosistemas saludables y resilientes que contribuyen a la mitigación del cambio climático", indica el análisis de la CMS.

Efecto mariposa migratorio

Sin embargo, alertan los expertos, estos animales dependen de hábitats que abarcan continentes y estaciones y, por ello, los cambios medioambientales en una región pueden desencadenar efectos en cascada a miles de kilómetros.

Esto, dicen desde la convención, subraya la naturaleza global de los desafíos de conservación. Por eso, recalcan que el cambio climático afecta a todos los grupos de especies migratorias.

El calentamiento global, los fenómenos meteorológicos extremos y los cambios en los sistemas hídricos afectan ya a todas las conocidas por el ser humano. Alteran, además, sus poblaciones, reducen sus hábitats y amenazan los servicios ecosistémicos que prestan.

Asimismo, la emergencia climática provoca "desfases temporales mortales". Por ejemplo, la anidación de aves costeras en Alaska y el Ártico ya no coincide con la aparición de insectos debido a dos factores.

Dos ballenas en ruta migratoria. iStock

Por un lado, el aumento de temperaturas. Por otro, los enfriamientos inesperados. Esto reduce la supervivencia de los polluelos y el éxito reproductivo.

En el oeste de Alaska, cada grado de cambio modifica el tiempo de anidación en uno o dos días. Los nidos más tardíos implican menos huevos y que estos sean más pequeños y tengan un periodo de incubación más corto.

Patrones migratorios cambiados

Desde la Convención de Bonn alertan de que los elefantes asiáticos están siendo empujados hacia el este como resultado del cambio climático y de los cambios de uso del suelo.

El problema radica en la conectividad de sus nuevas rutas migratorias: la mayoría de los paquidermos en India y Sri Lanka no pueden seguirlas sin cruzar por zonas humanas, lo que incrementa los conflictos entre especies.

Por otro lado, el aumento de las temperaturas marinas está alterando las migraciones de las ballenas. Esto produce, además, que se reduzcan sus presas y disminuya la reproducción de cetáceos. Las ballenas francas del Atlántico Norte son, indican los investigadores, especialmente vulnerables, ya que toman "desvíos peligrosos".

En el Himalaya, por ejemplo, muchas especies se enfrentan a una presión altitudinal. Los ciervos almizcleros, los faisanes y las truchas de nieve se están viendo empujados montaña arriba a refugios más pequeños y fragmentados. Esto, indican desde la CMS, podría provocar que algunos pequeños mamíferos perdiesen más del 50% de su área de distribución.