Andrea Gómez
Publicada

Desde Tasmania, noticias en forma de fotografías han llegado en 2025 dispuestas a revolucionar el mundo de la ciencia. La fauna aún esconde secretos, y así lo ha podido demostrar la lente de Ben Alldridge, un fotógrafo australiano que ha conseguido un hito que ya se podría considerar casi una efeméride.

Este hombre ha logrado, por primera vez en la historia, capturar la imagen de un quoll oriental salvaje (Dasyurus viverrinus), un curioso marsupial carnívoro que habita en Australia, exhibiendo biofluorescencia en su hábitat natural en el suroeste de Tasmania.

Esta imagen, que quedará marcada de manera perenne en las páginas de la ciencia moderna, muestra al animal emitiendo un resplandor azul vibrante bajo luz ultravioleta, marcando un hito en la fotografía científica y la observación de vida silvestre.

Manchas que brillan

La imagen de Alldridge reveló que el pelaje del quoll oriental, normalmente de color leonado o negro con manchas blancas, absorbe ciertas longitudes de onda ultravioleta y las reemite como luz visible azul, "como la versión de la naturaleza de una camisa blanca brillando en una discoteca", según describió el fotógrafo.

Este fenómeno se observa particularmente intenso en las manchas blancas del animal que, en condiciones normales, son visibles al ojo humano como una característica física cualquiera y que podrían pasar desapercibidas.

Sin embargo, las investigaciones más recientes sugieren que son los llamados compuestos porfirínicos los que hacen que estas manchas tengan esta característica de biofluorescencia tan singular.

Pero todo apunta a que el quoll oriental no es el único animal con esta característica. Un estudio pionero de 2025, Luminóforos en el pelaje de siete mamíferos de los trópicos húmedos australianos, elaborado por la Universidad de Konkuk, analizó el pelaje de estos animales, hallando en ellos hasta cuatro moléculas fotoluminiscentes.

Algunos de estos marsupiales son:

  • Ornitorrinco (Ornithorhynchus anatinus). Su pelaje brilla en verde y azul bajo luz UV.

  • Wombat común (Vombatus ursinus). Presenta resplandor azul-verdoso en su pelo expuesto a UV.

  • Bandicut marrón (Isoodon obesulus). Se ha documentado luminiscencia rosada por porfirinas.

  • Quoll del norte (Dasyurus hallucatus). Posee luminóforos similares al quoll oriental.

  • Koala (Phascolarctos cinereus). Las zonas blancas de su pelaje emiten luz visible fluorescente bajo UV.

Un hallazgo en peligro

La fama científica del quoll oriental llega en un momento crítico para la especie, catalogada como en peligro de extinción, según los principales listados oficiales australianos y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Tras desaparecer del continente australiano por la acción del humano y la expansión de especies invasoras, hoy solo sobrevive en Tasmania y la Isla Bruny.

Los estudios demográficos recientes muestran una caída superior al 60% en la abundancia de quolls orientales en las últimas dos décadas, agravada por la depredación de gatos asilvestrados y zorros, enfermedades y los efectos del cambio climático.

Curiosamente, la biofluorescencia podría tener una aplicación práctica inesperada en la conservación.

Al facilitar la detección de individuos bajo luz ultravioleta, los científicos podrían mejorar los métodos de campo para censar y estudiar a estos esquivos marsupiales, aumentando la eficiencia de los programas de monitoreo y reintroducción en Australia continental.

El quoll oriental ha pasado de ser una rara joya de la fauna australiana al centro de las noticias científicas globales gracias al poder de la luz, esa misma que amenaza su existencia y a la vez puede salvarle la vida.