La comarca alicantina del Vinalopó es una de las responsables de que se mantenga la tradición de Nochevieja en España. Con el paso de los años, se ha convertido en uno de los únicos territorios de todo el hemisferio norte donde crece una variedad de uva conocida como aledo. Es de recolección tardía, pudiéndose recoger hasta el mes de enero. Sin embargo, este año puede que no sean como nos tenían acostumbrados.

Los cultivos cada vez soportan menos los embates de un clima extremo como el que está planteando el cambio climático. El calor histórico de este año ha terminado por mermar en más de la mitad la cosecha de algunos cereales, las uvas, productos como la miel o el aceite de oliva. Cuestionan, incluso, su mejora en el próximo año, porque las plantas o el ritmo de reproducción de especies como las abejas ya se han visto afectados.

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De los efectos del calor y la sequía tampoco se han librado las famosas uvas de Nochevieja, de piel fina y con unas cualidades únicas. La cosecha con Denominación de Origen Protegida (DOP) del Vinalopó será una de las más consumidas en nuestro país. Según recoge Efe, dos de cada tres procederán seguramente de esta comarca. No obstante, las temperaturas registradas en los últimos meses bajarán su calidad.

Los termómetros al alza han provocado en este tipo de cultivos una maduración muy rápida, por lo que en el caso de la comarca alicantina, apenas se podrá aprovechar el 70% de la uva, cuando lo habitual está entre el 80% y el 90%. Como declaran a la agencia desde la DOP de la Uva Embolsada del Vinalopó, esto ha provocado que se recoja un producto de “calidad media” y que se obtengan “mayores porcentajes sin recolectar”.

No es para menos, porque el clima de este año ha cumplido varios récords. Según presentó hace unos días la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) –dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico– en su último balance climático, las temperaturas de los últimos tres meses (septiembre, octubre y noviembre) fueron hasta dos grados superiores al promedio registrado en nuestro país.

Esto ha dejado imágenes tan impactantes como que los almendros, los cerezos y los ciruelos comenzaron a florecer en pleno otoño y en varios puntos del territorio de Cataluña. Un evento relacionado con las altas temperaturas que se sufrieron en octubre, calificado como el más cálido de toda la serie histórica en nuestro país.

Pero es que, además, según el mismo informe elaborado por la AEMET, el año 2022 es ya el más cálido registrado en España. De manera provisional, su temperatura media se puede cifrar en 15,3 ºC. Es la primera vez que un año supera los 15 ºC de temperatura media desde que hay registros. Además de esto, ha sido también uno de los más secos, con un déficit de lluvias del 24% que, unido al calor, ha mantenido las reservas de agua en números rojos.

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Un sector en crisis

Quienes más sufren este calor histórico y la sequía que hemos visto este año en nuestro país es el sector agricultor. De lo que llueva y de que se dé un clima adecuado, depende que tengan una buena o mala cosecha. El problema es que este año, además de tener un clima extremo nada beneficioso, el coste de producción también ha aumentado para ellos.

La crisis energética y la guerra de Ucrania han terminado por generar una espiral inflacionista que asfixia a muchos sectores. El agricultor, en particular, además de tener que hacer frente a las pérdidas de sus cosechas, ha tenido que asumir un alza de los precios de los carburantes o de los fitosanitarios.

En lo relacionado con las uvas del Vinalopó para esta Nochevieja, desde la DOP de la Uva Embolsada aseguran a Efe que “los costes son muy superiores” este año. Sin embargo, el precio de la uva se mantiene o es incluso algo inferior con respecto a hace un año -oscila entre los cuatro y los cinco euros-. Lo mismo relatan desde la Asociación de Productores-Exportadores de Frutas, Uva de Mesa y Otros Productos Agrarios (APOEXPA).

Aunque el sector “ha sabido reaccionar”, recoge la agencia, los agricultores están sufriendo “un aumento de costos muy importante” que ha hecho que esta campaña no haya sido muy positiva. De hecho, la califican de “difícil” y “muy discreta” en comparación con la de 2021. 

Imagen de archivo de uvas dañadas por el calor. iStock

“Ofrecemos un producto que es caro, por lo que -ante los problemas de la inflación- no se consume y, al no consumirlo, sobra y al sobrar, hay exceso de oferta y los precios bajan”, lamentan desde la DOP de la Uva Embolsada a Efe. Explican que el calor veraniego “ha estresado mucho la calidad de las plantas, lo que aumenta el destrío -las frutas rechazadas por estar mal formadas o afectadas- y eso también aumenta la mano de obra”.

Comentan que todo esto hace que la rentabilidad sea nula e, incluso, se generen pérdidas importantes. Aún así, descartan el desabastecimiento y aseguran que en el campo aún queda algo de cosecha por recolectar. 

Qué nos espera

Es difícil prever si la situación que hemos vivido este año continuará como hasta ahora. De momento, la sequía preocupa y mucho, pero no todo son malas noticias. Las últimas lluvias recibidas en diciembre parecen recuperar levemente las reservas de agua de las que beben las hectáreas cultivadas en nuestro país.

Según los últimos datos publicados en el boletín hidrológico del MITECO, los embalses han ganado más hectómetros cúbicos tras las últimas precipitaciones hasta alcanzar el 44,9% de su capacidad total. Estos son datos algo más positivos que los que pudimos ver en diciembre del año pasado, cuando estaban a un 42,7%. No obstante, por entonces, nuestro país arrastraba un déficit de lluvias que un mes más tarde desembocó en una sequía.

Las que están en peor situación que el año pasado son las cuencas del cantábrico oriental, las cuencas internas del País Vasco, la del Duero, la de Guadalete-Barbate, la del Guadalquivir, así como la cuenca del Ebro y las cuencas internas de Cataluña.

Lo que pasará más allá de este mes de enero es difícil de aventurar. Lo que sí se ha dado a conocer es que, de momento, esta Nochevieja marcará récords, porque será una de las más cálidas desde que hay registros. Como ha comunicado la AEMET, las temperaturas estarán entre 5 y 10ºC por encima de lo normal y el mercurio supera los 20ºC en amplias capitales del norte y el Mediterráneo.