El exlibrero de 81 años acusado de en Ciudad Real, durante la madrugada del 1 de agosto de 2021, se ha sentado este lunes en la sala de la Audiencia Provincial para declarar ante un tribunal de jurado popular. Una jornada en la que José Manuel Lomas ha sorprendido con un discurso en el que ha negado que fuera él quien mató a la víctima y ha asegurado que alguien puso el cadáver en el lugar donde lo encontró la Policía.

Durante más de una hora y media ha afirmado que todo lo sucedido forma parte de una trama "orquestada desde hace 40 años" para echarlo de su casa, donde ocurrieron los hechos, ubicada junto al parque forestal de La Atalaya de Ciudad Real.

En su relato, ha recordado al tribunal que tras escuchar ruidos salió de la vivienda -que tenía las puertas y ventanas tapiadas debido a que llevaba 40 años sufriendo robos- y vio una cortina anudada y el cuadro de riego totalmente destrozado. Por ello, para defenderse, entró a su habitación para coger una escopeta cargada con la que dormía cada noche, que usaba habitualmente para disparar a los nidos de procesionaria de sus pinos.

"Pensé que venían a por mí. El asunto, como yo lo vi, era de urgencia. Era mi vida y por eso decidir no avisar a la Policía. Cuando en plena noche ves destrozos en tu casa no sabes lo que está pasando y piensas que lo que pueden destruir también es tu vida", ha expresado Lomas.

El acusado ha explicado que prefería morir defendiendo su casa "antes que salir huyendo y dejarla en manos de unos maleantes". Por ello, salió sin luz y observó un bulto en forma troco-cónica, del que salía una motosierra apuntando a su persona, a una distancia entre 10 o 12 metros. "No identifiqué al bulto como una forma humana, sino que pensé que era una trampa y que si me acercaba me podían cortar el cuello", ha indicado.

Por ello, efectuó un primer disparo a los tejados, pero el bulto no se movió. Después, hizo un segundo tiro con el mismo resultado y, por último, fue al dormitorio y cargó la escopeta de nuevo para disparar por última vez. Al acercarse a la portada de la casa, escuchó ruido y voces de gente que se marchaba por un camino. Por último, regresó a su habitación y llamó a la Guardia Civil y a la Policía Nacional.

En este sentido, Lomas ha reconocido que no recuerda haber dicho que vio a una persona agazapada en una primera declaración, ni tampoco que lo hubiera alcanzado con dos disparos.

"No soy un matarife"

A las preguntas del abogado de la acusación particular, que pide 25 años de cárcel para él -la Fiscalía solicita 12-, ha respondido que la situación que vivía era "de guerra, como estar en el campo de concentración de Mauthausen, sufriendo una maldad constante", reiterando que él no mató a la víctima. "Yo esa barbaridad no la hago. No tengo sangre fría para eso porque no soy un matarife", ha afirmado.

Por último, a preguntas de su abogada defensora, ha contestado que tuvo la impresión de que había más personas en el lugar del suceso, porque una sola persona no pudo entrar en su vivienda y dejar el bulto. "Tuve la sensación de que era una cosa organizada por gente que iba contra mí, pero cuando encendí la luz pararon de hacer el montaje", ha sentenciado.

Cabe añadir que Lomas ha llegado a decir que piensa, incluso, exigir indemnizaciones a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado al sentirse indefenso si sale absuelto del homicidio.

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Distinto discurso

El discurso que este lunes ha proferido el acusado dista del que realizó su abogado defensor durante la sesión del pasado viernes. Este afirmó que Lomas "vio a un indocumentado con una motosierra amenazándolo". "Pónganse en su situación. Si el fallecido hubiera llegado a atacar, José Manuel estaría muerto", expresó.

Asimismo, el abogado expuso que "la víctima era el anciano" y que cuando el ladrón entró a su casa "no tuvo otra opción".