Un siglo después, el hundimiento del Titanic continúa siendo una de las historias más conmovedoras y recordadas. Más allá de las imborrables imágenes que nos dejaron Kate Winslet y Leonardo DiCaprio en la película, poco sabemos de los pasajeros del naufragio más famoso de la historia. Y es que entre ellos había diez españoles y, en concreto, una conquense.

Se trató de Fermina Oliva, nacida el 11 de octubre de 1872 en Uclés (Cuenca). En su juventud se mudó a Madrid donde instaló un modesto taller de costura y a los 38 años se subió a bordo del Titanic como doncella de otra de las españolas que iba en el barco, María Josefa Pérez de Soto.

Junto a esta, la conquense se salvó en el bote 8, siendo rescatada por el Carpathia, el barco que salvó la vida a los supervivientes del naufragio. Así llegó hasta Nueva York, donde permaneció unos días en el emblemático Hotel Plaza. En la ciudad estadounidense, tuvo que participar en la búsqueda de cuerpos de algún español, ya que allí habilitaron una morgue temporal con cientos de cadáveres.

Los diez del Titanic

Esta es una de las historias que cuentan Cristina Mosquera, Nacho Montero, Javier Reyero en su novela Los diez del Titanic. En ella detallan la historia de los españoles que perecieron en el naufragio, cuántos lograron salvarse y cómo, qué los llevó a hacer la travesía y qué fue de los supervivientes.

Tal y como indica la editorial, se trata de la "recreación precisa de aquellos acontecimientos centenarios basada en los testimonios de los supervivientes, las investigaciones oficiales de la época, en trabajos científicos y periodísticos y también en lo que algunos descendientes de aquellos españoles han tenido a bien recordar y contar".

En definitiva, un relato para adentrarse en lo vivido por María Josefa Peñasco, Fermina Oliva, Víctor Peñasco, Encarnación Reynaldo, Emilio Pallás, Julián Padró, Florentina Durán, Asunción Durán, Juan Monros y Servando Oviés, procedentes de Cataluña, Madrid, Andalucía, Castilla-La Mancha y Asturias.