La empresa avícola conquense Rujamar se ha convertido en la tercera retadora del Laboratorio de Bioeconomía Forestal de Cuenca (Urban Forest Innovation Lab o UFIL) y ha propuesto a los alumnos de la tercera promoción que busquen alternativas para rehabilitar El Salto de Víllora.



Según han explicado los responsables de la empresa en rueda de prensa, pretenden “devolverle la vida” a este espacio con la creación de un complejo denominado Centro de Investigación Biológica Internacional del Cabriel (CIBICA), que combine el desarrollo de I+D+i, la formación, la educación y la divulgación ambiental.



El propósito es que este poblado, desarrollado entre los años 1914 y 1949 como viviendas de los trabajadores de la Central Hidroeléctrica ‘Lucas de Urquijo’ de Enguídanos (Cuenca), “recupere su atractivo, especialmente para el turismo”.



Así lo ha apuntado Rubén Martínez, CEO de la empresa conquense, que ha avanzado que la idea que tienen es que este conjunto se convierta en un equipamiento autosuficiente, próspero, rentable, eficiente y sostenible en el tiempo, a la par que en un referente en innovación en los ámbitos de la sostenibilidad, la bioeconomía y el desarrollo rural”.



Martínez ha firmado con el alcalde de Cuenca, Darío Dolz, el convenio para convertirse en empresa retadora de UFIL, un paso que ya han dado otras firmas, como Vía Ágora o el Grupo Suez.



El regidor conquense, por su parte, ha mostrado su satisfacción porque el carácter innovador de UFIL no se limita al municipio de Cuenca y trasciende a otros lugares de la provincia.



La empresa Rujamar fue fundada en 1984 y se dedica a la producción de huevos de manera sostenible, con sede en San Lorenzo de la Parrilla y centros productores en otras localidades conquenses, desde las que abastece a cadenas de supermercados como Mercadona.