El Instituto Geológico y Minero de España (IGME) ha confirmado que los estudios llevados a cabo en la Laguna de las Tortugas de Cañada del Hoyo (Cuenca), que el pasado otoño presentó un color rosáceo, no responde a la contaminación sino a los microorganismos que se alimentan de sulfuro y que han teñido las aguas durante un plazo de tiempo.
Según ha explicado en rueda de prensa el científico y director del departamento de Investigación en Recursos Geológicos, Juan José Durán, se ha realizado un amplio estudio y análisis de la laguna y sus alrededores y se ha concluido que se trata de un fenómeno natural que "no tiene nada que ver con ningún tipo de contaminación".
A preguntas de los periodistas, Durán ha reconocido que el presidente de la Diputación, Benjamín Prieto, acudió a ellos con muestras de agua de la laguna para que aclarasen a qué se debía y decidieron mandar un equipo que trabajó en la zona, utilizando drones, tomando muestras de las lagunas adyacentes, de un manantial cercano o del río.
Ha explicado que el color rosa ha sido provocado por "la aparición de microorganismos de las aguas subterráneas que se alimentan de sulfuro y en un momento dado el metabolismo del azufre hace que se coloreen de ese color que tiñe las aguas".
Durán ha manifestado que es un fenómeno "muy interesante" que sólo se ha registrado en España en los años 70 del pasado siglo, en una laguna de Gerona, pero que desde el IGME van a hacer un seguimiento del asunto porque han considerado que "es extraordinariamente interesante desde el punto de vista científico".
El estudio del Instituto Geológico y Minero se suma a otro que encargó el Gobierno de Castilla-La Mancha, en colaboración con la Universidad de Valencia, y que también había descartado la contaminación como causa del color rosado de la laguna.
La peculiar coloración de esta laguna, ubicada dentro del Monumento Natural de Cañada del Hoyo, atrajo el pasado otoño a miles de visitantes a esta pequeña población de Cuenca.