El pacto de gobierno entre PP y Vox, que permitió el acceso a la Alcaldía de Toledo del popular Carlos Velázquez tras 16 años de hegemonía socialista, se mantiene firme a pesar del primer gran desencuentro desde que comenzó la legislatura.
La crisis ha estallado tras la decisión de los concejales voxistas, liderados por la vicealcaldesa Inés Cañizares, de tumbar la ordenanza de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). Un proyecto impulsado por el edil de Movilidad del PP, Iñaki Jiménez, y una de las "obligaciones" impuestas desde el Gobierno de España y Europa.
El mantenimiento del acuerdo se produce a pesar de la profunda decepción generada en el alcalde y el Partido Popular, que tachan la actitud de Vox de irresponsabilidad con tintes electoralistas. Los populares advierten que esta decisión pone en riesgo cerca de cinco millones de euros de subvenciones: 3,7 millones destinados a la implementación de la propia ZBE, más los intereses, unido a unos 600.000 euros para el transporte urbano de la ciudad.
Pese a esta amenaza, EL ESPAÑOL de Castilla-La Mancha ha podido saber que el PP no tomará ninguna medida relativa a la ruptura del acuerdo de gobierno ni a la reestructuración del equipo municipal en estos momentos.
La actitud del socio minoritario ha generado un intenso malestar en los populares, no tanto por el voto en contra de la ordenanza, que va en sintonía con la línea ideológica de Vox, sino por las formas y los tiempos empleados. La indignación del PP se centra en la incoherencia: Vox había votado a favor de la ordenanza en la Junta de Gobierno Local la semana pasada, para votar en contra de forma absolutamente sorpresiva este jueves en Comisión de Movilidad.
El equipo de Velázquez entiende esta actitud como una falta de responsabilidad, y considera que será Vox quien deba explicar los motivos de esta decisión si finalmente la ciudad pierde casi cinco millones de euros. Esta pérdida podría implicar asuntos clave para los toledanos, como la subida del billete o el bono del autobús urbano, una medida impopular cuya responsabilidad atribuirían directamente a Vox.
Especialmente duro para el alcalde ha sido la forma en la que se enteraron de la decisión de sus socios, al no haberles comunicado previamente su voto en contra. La incredulidad se hizo evidente en el tono de Iñaki Jiménez, quien en declaraciones a los periodistas, tras el mal trago, fue contundente: "recaerá sobre sus conciencias".
Cañizares, en el foco de la tensión
Entre las filas conservadoras ha sorprendido especialmente la actitud de la vicealcaldesa Inés Cañizares, conocida por su cercanía con el PP y con el propio Velázquez, y su lejanía con el actual núcleo duro de Vox en Madrid. En la Comisión, Cañizares fue especialmente dura en su parlamento, arrastrada por el argumentario de su partido. De hecho, la líder de Vox coló el mensaje de negacionismo climático y de defensa de las libertades, llegando a comparar lo que considera la imposición de la ZBE con la imposición del encierro en la pandemia.
La cercanía entre la vicealcaldesa Inés Cañizares y el alcalde Carlos Velázquez es un secreto a voces en Toledo, hasta el punto de que muchas quinielas la sitúan —o la situaban hasta ahora— en las filas del Partido Popular de cara a las próximas elecciones. Esto se une a la tensión que mantiene la concejala con la actual dirección de Vox liderada por Santiago Abascal. Cañizares está más alineada con Iván Espinosa de los Monteros, exportavoz del partido en el Congreso y amigo suyo, de cuya fundación, Atenea, es tesorera.
La estabilidad pende del presupuesto de 2026
La decisión de dinamitar la ZBE ha debilitado la confianza del PP en sus socios, pero la falta de mayoría complica la ruptura. Los populares tienen claro que deben replantear la estrategia si se diera el caso de que Vox, también por órdenes del partido en Madrid, tumbase el Presupuesto Municipal de 2026. Este presupuesto, cifrado en 117,4 millones, ya ha contado con la presión de Vox, que se abstuvo este jueves en la Comisión de Hacienda al exigir la eliminación de las subvenciones a cooperación internacional y las asignaciones a los grupos políticos.
Desde el PP entienden esta actitud como un movimiento a la desesperada a mitad de legislatura y un viraje al ver que el alcalde Velázquez está capitalizando en solitario los logros del Ejecutivo local. Los populares creen que en Vox buscan su espacio, el foco mediático y sus propios titulares de prensa, aunque consideran que lo han hecho de forma desacertada y algo torpe, pretendiendo dar un puñetazo en la mesa para reivindicarse dentro del Gobierno local.
La oposición también busca debilitar
Entre las filas del PP también se sienten sorprendidos por el voto del PSOE, el principal partido de la oposición. Los socialistas habían comentado que se abstendrían, pero cambiaron el sentido del voto, según el PP, una vez que conocieron que Vox iba a tumbar la ordenanza, para tratar de debilitar al alcalde.
Desde el PP confían en el liderazgo de Carlos Velázquez y entienden que si el PSOE cree que sus decisiones atacan al primer edil, se equivocan, ya que lo que realmente hacen es debilitar a la ciudad de Toledo.
También se muestran sorprendidos al constatar que la ZBE guarda una estrecha sintonía con la línea ideológica del Partido Socialista, especialmente en lo referente a la consecución de los objetivos de la Agenda 2030.
