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El corazón del histórico barrio comercial de Santa Teresa siente un nuevo vacío. Roppa, la tienda que durante 50 años ha sido un referente de la moda juvenil y de marca en Toledo, ha anunciado su cierre definitivo este mes de octubre. Quien quería unos Levi's en la ciudad probablemente pasaba por su puerta.

La noticia marca el fin de una historia familiar que se extiende por dos generaciones. "El sueño lo empezaron mis padres y lo continué yo", cuenta María, la actual propietaria del negocio, en un emotivo video publicado en sus redes sociales, un canal que ha utilizado para comunicar hitos y realizar promociones.

Roppa no era una tienda más; fue un faro de "tendencia" en Toledo. En una época previa a la masificación de los grandes centros comerciales, el local de la calle Colombia era casi destino obligado en una zona que aún conserva negocios de toda la vida, pequeños, con dependientes que te asesoran.

Entrar significaba acceder a algo más que ropa. Invitaba a los toledanos a conseguir los pantalones vaqueros del momento, los complementos más deseados o las chaquetas que una vez estrenadas llenaban de estilo los pubs de la ciudad los fines de semana.

Liquidación Javier Longobardo

"Ha sido un punto de encuentro para todos" comenta María. "Aquí dábamos consejos, conocíamos a nuestros clientes desde que eran adolescentes. Ha sido familia, confianza y amistad", señala en el vídeo.

Javier Longobardo

La tristeza por el cierre no solo se vive en las redes sociales; se palpa en las calles de Santa Teresa. Es el tema de conversación en las peluquerías y en las cajas de otros negocios cercanos, donde las tenderas de toda la vida se conocen entre sí.

También subraya la transformación del tejido comercial toledano en las últimas décadas. Su adiós se suma al de otros locales históricos como Almacenes León, demostrando que el comercio tradicional tiene dificultades para sobrevivir a los cambios de hábitos como la venta online.

El local, en la calle Colombia. Javier Longobardo

María en su tienda.

La decisión de cerrar ha sido difícil, pero, como explica María en su mensaje, está marcada por la aceptación del ciclo vital de su proyecto: "Todo tiene un principio y un final".

La publicación ha recibido decenas de comentarios de apoyo en redes. Mientras que muchos lamentan con un "Qué pena que cierres," otros le desean "mucha suerte para el nuevo capítulo".

La dueña ha convocado a la clientela a una liquidación final para despedirse, invitando a los toledanos a llevarse "un pedacito de nuestra historia".

María concluye su mensaje de despedida con la mirada puesta en quienes han apoyado su proyecto familiar durante medio siglo. "He podido cumplir mi sueño. Gracias por vuestro apoyo y confianza, nos llevamos unos recuerdos inolvidables", finaliza.