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La Guardia Civil ha informado este martes de que dos nuevos edificios del cuartel de Toledo, los números 14 y 15, serán apuntalados para evitar riesgos de derrumbe y deberán ser demolidos en un plazo máximo de dos años.

Según ha comunicado la institución, la decisión se adopta a partir del informe técnico del arquitecto del Servicio de Acuartelamiento de la Dirección General y de la dirección facultativa de la obra que actualmente interviene en el recinto, así como de los ensayos realizados sobre la estructura de ambos bloques. El informe concluye la necesidad de apuntalar los edificios y permitir su uso únicamente con limitación de la sobrecarga actual, sin posibilidad de incrementarla.

Durante el tiempo que transcurra hasta la demolición se establecerá un programa de mantenimiento de ambos edificios bajo tutela técnica.

Residentes

"Esta circunstancia ha sido comunicada a los residentes de dichos bloques en una reunión informativa, donde se han expuesto los próximos trabajos que se llevarán a cabo", ha asegurado la Guardia Civil en su comunicado.

Esta medida se enmarca en el proceso de renovación del acuartelamiento de Toledo, que comenzó el pasado mes de enero de 2025, cuando la Guardia Civil anunció el desalojo exprés del cuartel para levantar una nueva Comandancia en la misma parcela de la avenida de Barber, en el barrio de Palomarejos.

Entonces, el instituto armado explicó que el actual inmueble se encontraba "deteriorado" y "no cumplía con los requisitos necesarios para la prestación de servicio", por lo que se procedería al desalojo paulatino de las viviendas y dependencias antes del inicio de las obras.

La polémica decisión, que obligó a 75 agentes y sus familias a dejar sus viviendas del cuartel en pocos días, puso fin a meses de debate sobre la ubicación del nuevo cuartel, después de que la Guardia Civil descartara trasladar las instalaciones a La Peraleda o al Polígono.

A finales de septiembre finalizó la primera fase de demolición del cuartel, que arrancaron en mayo.