El inagotable patrimonio histórico de Toledo ha vuelto a aflorar en el convento de Santa Isabel de los Reyes. En su interior, un proyecto de restauración ha revelado una pieza monumental del siglo XIV: unas puertas únicas en España cuya policromía original, en tonos rojos y verdes, había permanecido oculta.
Aunque las puertas se pueden contemplar desde el museo del convento, hasta ahora habían pasado inadvertidas para la mayoría de los visitantes. Su estado de conservación y el hecho de que el museo no sea de los más conocidos de la ciudad han propiciado que este valioso hallazgo permaneciera en el anonimato.
La restauración ha sido posible gracias a una subvención del Consorcio de la Ciudad de Toledo. Estas ayudas, que se conceden anualmente a edificios declarados Bien de Interés Cultural (BIC) bajo un régimen de "concurrencia competitiva", están diseñadas para apoyar a comunidades que, como las de los conventos, tienen un uso residencial y un alto valor patrimonial.
La primera parte de la actuación se centra en la limpieza del arco de las puertas.
"Para el Consorcio es fundamental que elementos tan especiales como esta pieza se recuperen y no se pierdan, y también intervenir en los BIC que tienen vida. En este caso, el convento tiene diez personas viviendo. Tenemos que atender a todos los vecinos del Casco, también a ellas", explica Jesús Corroto, gerente de la institución.
Corroto compara el hallazgo con un viaje en el tiempo: "Es como si se hubiese paralizado el tiempo y nos hubiésemos encontrado un tesoro de la época en la que esto pudo ser como los Palacios de la Alhambra, en Granada, con su fuente, que también permanece en el edificio". Subraya que la actuación ayuda a comprender la historia urbanística de la ciudad, ya que el edificio revela "las anexiones urbanas de los antiguos palacios mudéjares".
Según Soledad Sánchez Chiquito, directora de Gestión Patrimonial del organismo, la subvención cubre el 100 % de los trabajos de restauración. Además, el Consorcio se encarga de todo el proceso, desde la licencia hasta el proyecto, lo que alivia una carga burocrática y económica inasumible para la comunidad religiosa.
"Es una manera de apoyar a estas comunidades. Piensa que tenemos en Toledo 13 conventos activos... una vez que se han resuelto las cuestiones más graves... ahora estamos acometiendo ya intervenciones que son muy delicadas y muy necesarias", comenta Sánchez-Chiquito.
La subvención asciende a casi 40.000 euros, una cantidad que, como reconoce la madre Monserrat, una de las monjas, marca la diferencia: "Lo que significa es que podemos mantener y costear algo que nosotras, por nuestros propios medios, no podríamos pagar".
La desconocida fuente del convento que hablaría del pasado mudéjar del edificio.
Miguel Bonache lidera un equipo de cinco restauradores en el proyecto. Explica que la revelación de la policromía es lo más valioso del hallazgo y también la decoración. "Lo más espectacular y lo más inédito de estas puertas es su concepto decorativo. Es como si fuera una caja joyero o un arcón de novia, un cofre joya".
Las puertas, de unos ocho metros de altura, son un ejemplo del arte mudéjar y se encuentran en su ubicación original. Su deterioro tenía una causa curiosa: las avispas. "La parte baja es lo que más ha sufrido por el sol y las avispas. Es que las avispas arañan la madera para hacer sus nidos de celulosa, entonces es lo que está peor. Y lo que está preservado mejor es precisamente lo que estaba contra el yeso", detalla Bonache.
Los restauradores del proyecto, encabezados por Miguel Bonache, junto a la madre Monserrat, el gerente del Consorcio y la directora de Gestión Patrimonial.
El trabajo del equipo ha sacado a la luz incrustaciones de materiales aún por identificar, con los inconfundibles colores rojo y verde. Aunque el restaurador prefiere no especular sobre su significado exacto, sí subraya que "la simbología no es aleatoria" y que lo más importante es que están "súper vivos".
Bonache detalla que las puertas tienen un sistema de celosía que permitía ventilar la estancia y tamizar la luz. "Cuando están cerradas, son una puerta calada para ventilar el salón y tamizar la luz", explica. "Pero cuando están abiertas son dos cuadros maravillosos que estarían enmarcando la portada y su yeserías, que sería espectacular".
Detalle de la decoración de la puerta.
El tono rojo se percibe perfectamente.
Combinaciones de ambos colores en la celosía.
A largo plazo
Aunque la restauración se centra en estas puertas, la comunidad ya piensa a futuro. La madre Monserrat relata el momento en que se dieron cuenta de la necesidad de intervenir: "Se cuela una paloma por el claustro y entonces se empieza a ensuciar la puerta y no son puertas que las puedan limpiar con agüita y jabón. Cuando ya vemos que la palomina empieza a deteriorar la madera, es cuando nos decidimos a actuar".
Para la comunidad, el valor de la recuperación es la "conservación" a largo plazo. "Nosotras nos iremos de aquí, el tiempo pasará, pero el patrimonio histórico se tiene que conservar", afirma.
Otra de las impresionantes puertas del convento, que será restaurada en un futuro.
Las otras puertas impresionantes en el punto de mira de las monjas y el artesonado.
El convento esconde otras joyas desconocidas y el objetivo de la comunidad es mostrarlas al público en próximas fechas. Desde el patio, una escalinata conduce a una azulejería original y completa del siglo XVI. También existen otras puertas de grandes dimensiones que las monjas solicitarán restaurar, unas piezas que, según los expertos, podrían desvelar sorpresas "aún más importantes" en una sala que, con su fuente central, delata sus orígenes como palacio mudéjar.
"Es fundamental que nuestros BIC estén en perfecto estado y orden de visita. Esa conservación es esencial para que perduren los valores excepcionales universales de la Unesco, especialmente porque el año que viene se celebra el 40 aniversario de Toledo como Ciudad Patrimonio de la Humanidad", concluye Jesús Corroto.
