Toledo se enfrenta a un verano difícil para la hostelería local. Aunque las calles de la ciudad se llenan de visitantes, el gasto medio por persona ha descendido notablemente. Así lo asegura a EL ESPAÑOL – EL DIGITAL CLM Tomás Palencia, presidente de la Asociación Provincial de Turismo y Hostelería de Toledo.
Según Palencia, la facturación del sector en la capital ha caído "un 15 %", a pesar de que las pernoctaciones hoteleras aumentaron un 3 % en julio, alcanzando las 75.534 estancias, frente a las 73.297 del mismo mes de 2024.
También se ha registrado un ligero aumento de viajeros de un día: un 3,4 % más que el año pasado, al pasar de 47.323 a 48.947 personas.
Toledo concentra más del 20 % de las noches de hotel en Castilla-La Mancha, comunidad que sumó un total de 361.760 pernoctaciones en julio, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) publicados este jueves.
A pesar de que agosto no vacía la ciudad y Toledo continúa siendo un destino turístico destacado por su valor patrimonial y cultural -incluso con las altas temperaturas-, los ingresos de bares y restaurantes no mejoran y el comentario es "generalizado", comenta Palencia.
Turistas en la puerta del emblemático bar Ludeña, del Casco Histórico.
Terrazas llenas
“Las terrazas y los locales se llenan, pero el tique medio cae”, insiste. “Si antes una pareja pedía una entrada, dos segundos y dos postres, ahora se quedan con la mitad.”
El sector admite que Toledo está en temporada baja en estas fechas. No es el destino "más competitivo ni atractivo" en verano frente a otras capitales turísticas, o frente a opciones de costa o naturaleza. “A las cinco de la tarde, con 42 grados a la sombra, te falta el aire. Salimos de vacaciones a disfrutar, no a sufrir”, señala.
Precios e inflación
Palencia señala al efecto de los precios como posible causa del menor gasto turístico: “Puede influir, pero seguimos pagando los efectos de la inflación. Ha subido todo: el carro de la compra, el combustible…”. “Los precios no son más altos o más bajos, cobramos lo que cuesta.”
La hotelera Alicia Corroto también apunta al factor del precio como clave y "sensible" y lamenta la caída del turismo nacional. "La sensación es que el verano está siendo peor que el anterior y tendríamos que analizar al detalle los datos de pernoctaciones hoteleras, pero que vengan menos españoles nos afecta mucho".
Julio en blanco
Por su parte, Lola Vázquez, propietaria de un alojamiento extrahotelero en el Casco Histórico y presente en la plataforma Airbnb, ofrece dos habitaciones en su vivienda y suele recibir viajeros con regularidad. “En julio no tuve reservas y en agosto solo he alcanzado la mitad de las que solía tener; de cinco huéspedes el verano pasado he pasado a dos este año”, afirma. “Espero que la situación mejore en septiembre, y parece que así será”, ha declarado a este medio.
Esperanza en el otoño
El sector mira con esperanza a septiembre, tradicionalmente el inicio de la temporada alta para este motor económico. “El otoño funciona mejor, y ya empezamos a tener más reservas para eventos”, sostiene Palencia.
"Tenemos buenas expectativas para los dos próximos meses. Aunque los datos macroeconómicos nos hablan de ralentización, confiamos en los datos que nos ofrecen nuestros negocios", afirma Corroto.
