Después de numerosas desgracias -un temporal y dos incendios- y cuando parecía que el cierre era definitivo, la familia Torrecillas ha vuelto a sacar fuerzas e ilusión para reabrir de nuevo los míticos caballitos del parque de la Vega de Toledo. Este histórico carrusel, que comenzó a dar vueltas en el año 1972, volverá a funcionar en abril y su propietaria, Isabel, no logra quitarse la sonrisa de la boca. "No habría sido posible sin el cariño de los toledanos", cuenta a EL ESPAÑOL - EL DIGITAL CLM.

Ó. HUERTAS

Ya han pasado casi 50 años desde que sus abuelos llegaron a la capital desde Jaén. Ambos eran feriantes y tenían un puesto de turrón y un tiro de escopeta pero, "con la ansidedad de salir adelante", empezaron a pensar en otro tipo de atracción que diera más vida a la ciudad. "Fue mi padre, que era un genio sin estudios, quien fundó los primeros caballitos, el alma máter de nuestra familia y de nuestra vida", relata la pequeña de los Torrecillas que, junto a sus hermanos, se ha dedicado en cuerpo y alma al carrusel. Sin embargo, esta última década no ha sido nada fácil. 

En 2011, un rayo golpeó uno de los postes de la atracción y provocó el primer incendio, que calcinó los caballitos por completo. En 2021, después de haberla reformado ítegramente, sufrió un derrumbe por el peso de la nieve durante la borrasca 'Filomena'. Y a finales de ese mismo año, cuando empezaba a remontar, un nuevo incendió destrozó la taquilla y el lateral. "Parece que nos han echado un mal de ojo. Si esto le llega a pillar a otra persona, no habría tirado del carro", cuenta Isabel, que después de este último percance tenía claro que no volvería a abrir. 

"Fue un jarro de agua fría muy grande, pero en Toledo me conoce mucha gente y todos me decían que la Vega no era lo mismo sin nosotros, que teníamos que volver. Me fue entrando el gusanillo y al final nos hemos lanzado", explica la responsable, que con el apoyo de su familia ha conseguido devolver los caballitos al parque. "Hemos estado todos montando, desmontando, reparando y llevando figuras de un lado para otro. Menos mal que sabemos arreglar todo gracias a las enseñanzas de mi padre, porque si lo hubiese tenido que hacer una empresa externa habría sido imposible".

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Más de 12.000 euros invertidos

Para recaudar el dinero -la reparación ha costado más de 12.000 euros-, los Torrecillas pusieron en marcha una rifa la pasada Navidad. Además, una papelería de la capital les regaló varias tazas para poner en venta y también han contado con el patrocinio de Seguros Soliss, así como con la ayuda de numerosas familias que "no quieren que se pierda el negocio". Una vez conseguidos los fondos, han tenido que comprar una nueva taquilla, reparar la lona y cambiar la red eléctrica, que estaba prácticamente nueva. 

Respecto a las figuras, todas estaban manchadas hollín, pero finalmente han conseguido salvarlas prácticamente en su totalidad. "Solo hemos retirado un camión que estaba muy deteriorado y no sabemos si merece la pena arreglarlo. Seguramente pongamos uno nuevo cuando se pueda, pero de momento se va a quedar el hueco".

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Isabel reconoce que han sido unos meses de mucho trabajo y que el cansancio ya se hace notar pero, aun así, admite que "es una satisfacción enorme ver la alegría de la gente". "No te puedes imaginar la cara de felicidad que ponen los niños. El pasado fin de semana estuvimos montando y todo el mundo se acercaba entusiasmado. Siempre hemos sido el alma de la Vega", señala. "Solo me queda ir a Lourdes y darme un baño con agua bendita para que no vuelva a ocurrir ninguna desgracia", bromea. 

Ahora que los caballitos ya están instalados, "solo quedan los permisos del Ayuntamiento", por lo que Isabel espera poder abrir para el mes de abril. El horario será el de siempre, de 17:00 a 21:00 horas los días de diario y de 17:00 a 23:00 horas los fines de semana. 

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