Mirar al cielo y verlo cubierto de nubes oscuras se ha convertido en los últimos tiempos en motivo de desasosiego para los ciudadanos de Toledo y las localidades cercanas a la capital, que después de las graves inundaciones del pasado 1 de septiembre vivieron este miércoles otro preocupante episodio que, por suerte, no fue tan intenso ni dañino como el de principios de mes. 

Una fuerte tormenta, pese a que duró escasos minutos, descargó poco antes de las ocho de la tarde una importante cantidad de agua y granizo en la capital toledana, donde provocó complicaciones en algunos barrios, y en pueblos del entorno como Burguillos de Toledo. Allí, la granizada fue de tal calibre que en la carretera de acceso al municipio, la N-401, el hielo acumulado llegó al medio metro de altura.

Según explicaba el Ayuntamiento de Burguillos a través de la red social Facebook, donde ha publicado dos vídeos del momento, el punto más conflictivo fue la zona de la vía de servicio que da entrada a la residencia de mayores 'Virgen de la Blanca' y a Oretana, frente al supermercado Mercadona.

Hasta el lugar acudieron, a fin de restablecer la circulación en la vía y atender a los conductores afectados, varios servicios de emergencias como la Guardia Civil, los Bomberos del Consorcio Provincial e, incluso, una máquina quitanieves de la demarcación de carreteras de Castilla-La Mancha, que fue la encargada de quitar la gran cantidad de hielo acumulada.

El Consistorio de Burguillos de Toledo ha informado también de que la tormenta ha provocado inundaciones en algunos garajes del pueblo y ha calificado la situación con resignación: "En fin, otro pequeño desastre".

Y este jueves habrá que seguir prestando atención a la meteorología porque la provincia de Toledo se encuentra en alerta amarilla por intensas lluvias y tormentas.