Piedra sobre Piedra. Así se titula la exposición de esculturas que Juan Garaizabal comenzará a instalar este jueves a las puertas de la Colección Roberto Polo. Centro de Arte Moderno y Contemporáneo de Castilla-La Mancha (CORPO) en el paseo del Miradero de Toledo. El conjunto, que tiene su continuidad en el claustro del museo, podrá verse a partir de la semana que viene.

Con esta intervención, la ciudad se sitúa en la estela de las grandes capitales internacionales como Chicago, Berlín, Washington, Miami, Venecia o Seúl, y muy recientemente París, Shanghái y Pekín, que cuentan con una escultura pública del artista, uno de los creadores españoles más internacionales hoy y cuya intención es reconstruir la memoria histórica y herida de los pueblos haciendo de ello un monumento al pasado para así mejor mirar al futuro.

La primera pieza se ubicará en la fachada principal del museo, espacio dedicado a la exposición temporal de grandes escultores de CORPO que hasta el pasado mes de junio ocuparon las Figuras para la batalla de Miquel Navarro, y cuyo fin es dar a conocer públicamente la obra de nuestros mayores artistas contemporáneos. La segunda obra de Garaizabal se asentará en el claustro de este antiguo convento de Santa Fe que es hoy sede matriz de la colección.

La primera de las piezas, con las que Garaizabal quiere generar debate artístico en Toledo –“porque esa es mi misión, generar controversia artística allí donde llevo mi escultura”, ha declarado el artista–, es una instalación interactiva en cuyo centro se alza un templo romano. Se trata de que el público la rodee y siga el rastro cruzado de las tres culturas que confluyen esta ciudad única en el mundo, donde, como sucede en la obra, se escuchan los ecos murmurados del cristiano antiguo, el árabe y el hebreo, formando una suerte de algarabía que contrasta con el cuarto lenguaje, el del silencio.

“Este contraste es una clara inspiración del presente que vivimos, tiempo de pausa y reflexión y también, de incertidumbre. El silencio, que en condiciones normales es un privilegio, hoy nos impele a mirar al pasado para cuestionarnos sobre el futuro”. El factor acústico se suma a la luz, que es elemento habitual en la obra del artista.

En el claustro del museo se expondrá una segunda escultura integrada por tres perfiles urbanos cruzándose en el aire, reflejando de nuevo la diversidad cultural de Toledo. Planchas metálicas labradas como capas de historia y arte sobre una misma piedra, a la que ahora se suma el arte contemporáneo. Juan Garaizabal (Madrid, 1971) forma parte de la nómina de artistas cuya creación está presente en los fondos de la Colección Roberto Polo. Centro de Arte Moderno y Contemporáneo de Castilla-La Mancha cedidos por el coleccionista al Gobierno autónomo.

En el mismo claustro del museo ya se expone su Puerta occidental de la Iglesia Bohemia de Berlín, nervio de acero, un arco que reproduce la memoria del original, realizado en hierro desde su taller berlinés en 2011.

Piedra sobre Piedra alude a cómo se han ido solapando las culturas en el mundo. Concibo el planeta como una piedra, sobre la cual la humanidad ha ido colocando piedritas, que es lo que queda del paso de una civilización sobre un lugar concreto, como el caso de Toledo que además es en sí misma una enorme roca. Paradójicamente yo siempre pienso en piedra, porque recreo edificios, construcciones de la memoria, y es precisamente la piedra el único material que no utilizo. De nuevo, el contraste”. Es su manera de esbozarnos lo que a partir de miércoles 16 podrá verse en CORPO.

La intervención del escultor coincidirá con la instalación de tres enormes piezas, de unos 15 metros de altura, que pronto se exhibirán en la Place du Louvre de París, fachada del gran museo parisino opuesta a la Pirámide. Recientemente ha sido inaugurada en el parque de Jing´an de Shanghái su escultura paisajística Ever Time Gate, una puerta de 12.5 metros de alto que recrea las formas ancestrales y aún vigentes de la arquitectura china.

Para generar el debate necesario en el país asiático, el escultor ha dedicado estos ocho meses de cuarentena y restricciones a estudiar el idioma cantonés, del mismo modo que aprendió alemán para montar en Berlín su segundo taller de escultura, en el año 2008. El primero de sus estudios continúa estando en Madrid y el tercero se abrió en el año 2013 en Miami.

Garaizabal, que busca siempre “monumentalizar la memoria de un pasado herido, utilizando el menos monumental de los lenguajes artísticos, el lenguaje del dibujo”, en palabras de Rafael Sierra, director artístico de CORPO, ha encontrado en Toledo el lugar perfecto para sus evocaciones. Las instalaciones de Juan Garaizabal en Toledo estarán patrocinadas por La Nave Va, parque de escultura paisajística ubicado a las puertas de la provincia toledana, vertiente oeste.