Algarra, un pequeño municipio de la provincia de Cuenca con apenas 25 habitantes, lleva siete meses prácticamente incomunicado por la falta de cobertura móvil. Su alcalde, José Manuel Huerta, ha denunciado este viernes la situación y ha reclamado "una solución urgente" tanto a la única compañía que opera en la zona como al Gobierno regional.
"Ni la empresa ni la Junta de Comunidades nos han hecho caso. Nos sentimos ignorados", ha asegurado el primer edil de este pueblecito situado en una de las comarcas de España donde la despoblación está haciendo estragos.
Hasta diciembre del pasado año, los vecinos podían hablar por teléfono móvil sin problemas, pero desde entonces la cobertura ha quedado reducida a una única zona del municipio.
A la parte alta
"Si queremos hacer una llamada, tenemos que subir a la parte alta del pueblo", ha explicado Huerta, que achaca los problemas "posiblemente a una tormenta".
Durante estos meses, el Ayuntamiento ha trasladado el problema a la operadora, advirtiendo de que podría tratarse de una avería en el repetidor situado a tan solo 500 metros del casco urbano. "Nos pasan de departamento en departamento y no hemos conseguido nada", ha lamentado el alcalde.
Tampoco ha encontrado respuesta en la Junta de Comunidades, concretamente en el delegado de Reto Demográfico en Cuenca, Virgilio Antón, aseguran desde el PP conquense. "No ha resuelto que volvamos a tener cobertura", ha afirmado.
Más vecinos
La situación es especialmente preocupante en estos meses de verano, cuando la población de Algarra se multiplica hasta alcanzar los 300 vecinos. "¿Cómo vamos a luchar contra la despoblación si la gente no puede ni usar el teléfono móvil? ¿Cómo van a volver quienes se marcharon si no pueden mantener el contacto con su pueblo?", ha planteado Huerta.
El alcalde ha reclamado que empresas y administraciones "dejen de tratar a los pueblos pequeños como ciudadanos de segunda". "Tenemos el mismo derecho a tener comunicaciones de calidad que cualquier otro municipio, grande o pequeño", ha defendido.
Finalmente, ha denunciado "la impotencia" que viven a diario los pequeños municipios. "Ni las compañías nos escuchan ni las instituciones actúan. Nos dejan solos incluso para resolver los problemas más básicos", ha concluido.
