Un ciudadarealeño que vive en Elche (Alicante) y su mujer, que viajaron a Ucrania para participar como jueces en una competición internacional de baile, llevan seis días atrapados en un hotel de una ciudad del sureste, viviendo con "angustia y miedo" las sirenas y el estallido de los continuos bombardeos.
En declaraciones telefónicas a EFE, Luis Delgado, nacido en Ciudad Real aunque vive en Elche desde hace diez años, ha relatado desde su habitación de un hotel de Zaporozhye (ciudad próxima al mar de Azov y a la península de Crimea) que se sienten "totalmente abandonados" por el Gobierno español ya que la embajada ha tardado cinco días en contactarles y no les ofrece un dispositivo para la salida del país.
"Desde un primer momento intenté ponerme en contacto con la embajada pero no había forma y sólo pude enviar un correo con nuestros datos", se ha quejado Delgado, quien ha lamentado especialmente que la delegación diplomática en Kiev se trasladara a Polonia dejando atrás a españoles, como es su caso.
Ha proseguido que ayer les telefonearon por primera vez desde el consulado pero sin aclararles cómo podrán salir de Ucrania y simplemente recomendándoles que no salgan a la calle.
"Suenan las bombas"
"Es angustiante. Llevamos días en el hotel sin salir mientras suenan las sirenas y las bombas. Se te cierra el estómago y apenas dormimos", ha indicado.
Su esposa es la ucraniana Svetlana Kamar, que vive desde hace 20 años en Elche y con la que se casó hace 10 años, quien ha relatado a EFE que llegaron a Zaporozhye 48 horas antes de que comenzase la invasión, el 22 de febrero, sin que se intuyera lo que posteriormente ocurrió.
No tienen posibilidad de abandonar la ciudad porque no hay medios de transporte y, además, se suceden los bombardeos en las inmediaciones, donde creen que hay soldados rusos procedentes de Chechenia.
"Nos han dejado aquí atrapados y contra nuestra voluntad porque si la embajada nos hubiera informado de qué teníamos qué hacer para poder regresar a España, lo hubiéramos hecho en las primeras horas de la invasión", ha recalcado.
En el hotel, ha continuado, disponen de comida y hay cierta sensación de seguridad, aunque desconocen qué ocurrirá en el futuro.