La jurista y exacaldesa de Madrid Manuela Carmena ha abogado este lunes en Albacete por que el movimiento feminista sepa seguir siendo "seductor" y practicar la empatía, para conseguir convencer a la sociedad frente a la irrupción del discurso de ultraderecha



La irrupción del discurso de ultraderecha niega la existencia de la violencia de género y cuestiona la lucha por la igualdad, ha comentado Carmena, que ha propuesto también que entre los más jóvenes se fomente una política de educación sensible en materia de sexualidad.



Carmena, que participa esta tarde en un acto organizado por CCOO de Albacete con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, ha dicho en una rueda de prensa que España "vive una realidad nueva" en la respuesta institucional a la violencia machista.



"Hasta aquí todas las declaraciones eran unánimes, no había ninguna fuerza política que disintiera de la lucha contra violencia de género", pero ahora "hay un grupo político de extrema derecha que se identifica en contra de esta lucha", ha apuntado Carmena, que ha considerado que "ante ellos el feminismo debe comunicar, tener toda la empatía que sea necesaria, el feminismo debe ser expresión clarísima de lo que significa la paz".



Según la exalcaldesa de Madrid, es importante ante ese discurso contrario a la lucha por la igualdad "saber ser seductores, convencer, seguir convenciendo, como siempre hemos hecho, estar dispuestos a no enfadarnos, buscar estructuras de entendimiento y conversación para que quede claro el enorme error que significa oponerse a una realidad tan evidente".



Asimismo, ha calificado de "escándalo" el fenómeno de la violencia de género y ha advertido de que "no puede haber más mujeres muertas".



"Llevamos 52 mujeres asesinadas, y no contamos las víctimas como consecuencia de delitos contra la integridad sexual, no se cuentan", ha lamentado la jurista, que ha opinado que aunque en comparación con otros países España "es un modelo" en la lucha contra violencia machista "no podemos descansar mientras haya una mujer muerta".



En este sentido, ha reclamado "una estadística pormenorizada", que permita ver en cada caso "qué es lo que no hicimos cuando era necesario hacerlo", y ha propuesto abordar el problema entre los jóvenes a través de "una política de educación sensible en materia de sexualidad" y de "una educación verdaderamente adecuada para que la gente joven tenga el conocimiento adecuado de una concepción de la sexualidad que no es la tradicional".