Una fotografía del Rey Felipe VI, junto a las banderas de España y Castilla-La Mancha, preside el despacho de Paco Núñez en las Cortes autonómicas. Allí nos recibe el presidente regional del PP cordial y muy conversador, impulsivo y un poco torrencial, pero a la vez tranquilo y con ganas de explicarse. Saluda con fuerza y se muestra enérgico y cercano, en ese punto de equilibrio del que sabe combinar juventud y madurez con una experiencia política e institucional ya muy dilatada en el tiempo.
Paco Núñez charla apasionadamente y está muy en su papel de líder regional del PP y jefe de la oposición en Castilla-La Mancha, atizando su principal misión política: derrotar al socialista Emiliano García-Page, a la tercera va la vencida, y convertirse en mayo de 2027 en presidente de la Junta de Comunidades, el sueño por el que trabaja cada día con la idea nuclear de mejorar significativamente la vida de los castellanomanchegos. Espera que Alberto Núñez Feijóo sea el próximo presidente del Gobierno de España y suma todo lo que puede a esa su gran causa.
La conversación no cesa y empezamos por la actualidad: el bloqueo que sufre el nuevo Estatuto de Castilla-La Mancha. Su relato es completamente diferente del que "vende" el PSOE de Page. Núñez niega que haya habido negociación alguna sobre la ley electoral y defiende, por tanto, la horquilla actual de hasta 35 diputados en las Cortes regionales. Se le ve con ganas de recuperar la negociación sobre lo mollar del Estatuto, los asuntos esenciales para los ciudadanos, pero no parece especialmente interesado en aumentar los escaños del Parlamento autonómico.
De hecho, Núñez traslada una disyuntiva clara para Castilla-La Mancha: ¿crear mejores servicios públicos o aumentar el número de políticos? Y lo hace forma contundente: "Yo, en esta Navidad, he escuchado a muchos castellanomanchegos quejarse de la sanidad y de la situación hospitalaria, pero no he oído a ninguno hablarme de la ley electoral".
Paco Núñez, en un momento de la entrevista.
P. El presidente de Castilla-La Mancha, días atrás, se comprometía a desbloquear personalmente la fallida negociación del Estatuto. ¿Ha recibido alguna llamada para retomar las conversaciones? ¿Cree que hay posibilidades de llegar a un nuevo acuerdo?
R. Desde octubre, cuando decidieron paralizar la tramitación parlamentaria, no hemos sabido nada del PSOE sobre el Estatuto, excepto a través de los medios de comunicación. Si el PSOE quiere de verdad que haya Estatuto, lo que tiene que hacer es convocar de nuevo la mesa de negociación cuanto antes, bien sea por vía política, parlamentaria o como consideren.
Lo que garantizo es que el PP irá con la mejor de las voluntades y la mejor disponibilidad a cualquier mesa de trabajo a la que sea convocado para culminar el acuerdo sobre el nuevo Estatuto, porque es un buen documento que hemos negociado los dos grandes partidos y que recoge asuntos fundamentales para Castilla-La Mancha como el reconocimiento de las personas con discapacidad o del trabajo del tercer sector, otorga la capacidad de desarrollar competencias en materia educativa o sanitaria y blinda los intereses hídricos de Castilla-La Mancha, algo quizás impensable hasta hace algún tiempo.
Pero el PSOE les acusa a ustedes de haber traicionado la negociación desmarcándose del consenso y presentando una enmienda en solitario para mantener la actual horquilla de diputados regionales entre 25 y 35, cuando el acuerdo era elevar el máximo hasta 59. ¿El PP ha cambiado de opinión?
Si hoy Page convocase elecciones iríamos a las urnas para elegir a 33 diputados, por lo que decir que el PP había aprobado 59 diputados es una mentira, una falacia que se ha intentado vender por parte del PSOE.
El acuerdo global con el PSOE para reformar el Estatuto incluía que no se iba a reformar la ley electoral si no era por consenso. Y esa negociación sobre la ley electoral nunca se produjo porque los dos partidos entendimos que no era el momento político adecuado para llevarla a cabo. Por eso, y así se lo hicimos saber al PSOE antes de presentar la enmienda, desde el PP creemos que la horquilla de diputados tiene que mantenerse en el nuevo Estatuto tal y como está.