Los diputados socialistas de Castilla-La Mancha no romperán la disciplina de voto para frenar la reforma de la sedición y respetarán lo que decida la mayoría de su partido, que es "lo que se tiene que hacer".

Así se ha pronunciado el presidente del Gobierno autonómico, Emiliano García-Page, a preguntas de los medios en el Palacio de Fuensalida (Toledo), donde ha asistido a la firma del convenio de colaboración entre la Junta y la Fundación Quercus para la inclusión social de personas jóvenes ex tuteladas por la Administración regional.

García-Page ha indicado que pese a estar en contra de la reforma de la sedición anunciada por Pedro Sánchezlos diputados castellano-manchegos del PSOE no votarán en contra. "Lo que yo pienso lo digo en minoría, pero la democracia consiste en respetar lo que dicen las mayorías, que es lo que tiene que hacer", ha dicho. 

"Yo lo tendría difícil para llegar a un acuerdo así"

No obstante, ha admitido que "yo lo tendría muy difícil para llegar a un acuerdo de ese tipo con los independentistas". "Nunca pierdo de vista los intereses que tiene Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que son solo los suyos y los contrarios de España", ha señalado. 

El presidente del Ejecutivo regional ha asegurado que esta reforma responde a intereses "bastante difíciles de entender" y "aunque pueda tener sentido jurídico, el debate está ya muy trufado", ha afirmado.

Petición del Partido Popular

Respecto a la petición del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, que ha apelado varias veces a los barones del PSOE para romper la disciplina de voto, García-Page ha respondido que no entra "en los problemas internos que tenga el Partido Popular", pero ha señalado que "deben de andar muy mal si esperan que el PSOE sea el que les eche una mano".

"Cada uno tiene que defenderse en tu terreno. Yo no jalearé a los presidentes del PP para que vayan contra Feijóo porque no me parece que ese sea el camino", ha manifestado. 

Preguntado por si alguien del Gobierno se ha puesto en contacto con él después de su oposición a la reforma, García-Page ha respondido que "no crea que me consultan lo más mínimo; si yo no pinto una mona".

Por último, el presidente ha reconocido que todos estos debates afectan a las elecciones, pero ha asegurado que "a mí no me mueve eso". "Yo doy mi opinión porque es obligación democrática de los que nos presentamos a las elecciones mantener el diálogo abierto con nuestros votantes. A mí me interesa mucho que los ciudadanos de mi tierra sepan lo que pienso y ese es un diálogo que solo se puede producir a través de los medios de comunicación", ha dicho. 

"Si alguien piensa que debemos estar en un convento del Císter y con voto de silencio, se ha equivocado de sitio", ha zanjado.