La psicosis política por el espionaje de Pegasus está marcando la actualidad nacional en España y ha provocado un terremoto político que también ha afectado a las comunidades autónomas. La situación es lo suficientemente comprometida como para tomarse en serio la amenaza que representa este controvertido software israelí sobre la seguridad nacional, independientemente de la polémica que eso pueda provocar entre los partidos políticos y la credibilidad que pueda tener la coyuntura para unos o para los otros.

Ante esta situación, y junto a otras medidas adoptadas, el Gobierno de Pedro Sánchez, a través del Centro Criptológico Nacional, envió el pasado tres de mayo a las comunidades autónomas un protocolo de normas a seguir para revisar los teléfonos móviles de los presidentes y comprobar si han sido infectados por el sistema de espionaje de Pegasus. Tras detectarse la infección al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y a la ministra de Defensa, Margarita Robles, entre otros miembros del Ejecutivo, el Centro Criptológico ha puesto en marcha un procedimiento para que las comunidades puedan adoptar medidas.

En este contexto, el Gobierno de Castilla-La Mancha recibió la pasada semana las instrucciones correspondientes junto a un programa de chequeo contra Pegasus que ha sido aplicado al teléfono móvil del presidente de la Junta de Comunidades, Emiliano García-Page, con un resultado que, según fuentes oficiales consultadas por EL ESPAÑOL EL DIGITAL CLM, ha sido satisfactorio y no arroja motivo alguno de preocupación en este sentido.

Teléfono limpio

El móvil de García-Page está limpio de Pegasus y el chequeo realizado a su teléfono “en principio, no ha detectado nada raro”, según las citadas fuentes, que han confirmado con toda cautela la recepción del procedimiento por parte del Centro Criptológico Nacional y la adopción de las medidas correspondientes en este sentido. El análisis del teléfono móvil del presidente de Castilla-La Mancha ha sido realizado por los propios servicios técnicos correspondientes de la Administración autonómica, sin que haya motivo alguno de preocupación. Toda la información producida en torno a este asunto se administra con máxima prudencia en el Ejecutivo regional.

Al contrario que otros presidentes autonómicos, como la madrileña Isabel Díaz Ayuso o el cántabro Miguel Ángel Revilla, que han mostrado su escepticismo sobre este procedimiento de “contraespionaje” en sus móviles, el líder castellano-manchego ha optado por seguir las instrucciones cursadas por los organismos del Gobierno y llevar a cabo un chequeo que, al menos de momento, no ha detectado ninguna injerencia en el teléfono presidencial. Todo está en orden en este sentido.

Aunque el Gobierno de Pedro Sánchez no prevé que el espionaje pueda afectar a más dirigentes del Estado que los ya conocidos, el procedimiento puesto en marcha en las autonomías pretendía descartar que algún presidente autonómico haya sido espiado por algún tipo de intrusión de Pegasus.

Posibles objetivos

Según publicó recientemente EL ESPAÑOL la filtración de datos de Pegasus señaló que más de 200 teléfonos móviles españoles fueron seleccionados como posibles objetivos de vigilancia. El mayor escepticismo autonómico en torno a Pegasus ha sido expresado por la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, que ha lamentado el “daño irreparable” que ha sufrido el Centro Nacional de Inteligencia, ironizando sobre la posibilidad de que salgan a la luz “conversaciones comprometedoras” de la oposición, pero nunca del presidente del Gobierno y sus ministros.

El Gobierno de Castilla-La Mancha, por el contrario, se ha sometido al procedimiento establecido y no ha provocado ningún tipo de polémica en torno a este asunto. El móvil de García-Page, hasta donde se conoce, “está analizado y libre de Pegasus”.