El PP de Castilla-La Mancha ha advertido este lunes de que el proyecto de Ley de Aguas que se debate este jueves en el pleno de las Cortes es un "engaño" y que solo pretende aumentar la presión fiscal a los ciudadanos.

Así lo ha señalado en una rueda de prensa la diputada regional del PP Ana Guarinos, quien ha incidido en que la normativa está "mal llamada" porque no es una Ley de Aguas ya que "no aporta agua, no garantiza ni una sola gota, no resuelve las carencias del agua en la región ni los problemas medioambientales", además de que ha reprochado que no responde a los acuerdos adoptados en la Mesa regional del Agua hace más de un año.

A su juicio, esta nueva Ley debería denominarse "de los tributos del agua" porque aumenta las dos tasas ya existentes, los cánones de aducción y depuración, y crea un nuevo impuesto al agua que el Gobierno regional llama canon medioambiental y que pagarán indiscriminadamente todos los castellanomanchegos, familias y empresas.

“Confiscatoria y recaudatoria”

Para los 'populares', ha dicho Guarinos, el fin de la nueva norma es "volver a meter la mano en el bolsillo de todos los castellano-manchegos" y, por tanto, ha considerado que es "confiscatoria y recaudatoria exclusivamente", de manera que el Ejecutivo autonómico espera recaudar cerca de 70 millones de euros con la subida de los dos cánones existentes y el nuevo impuesto al agua.

Además, ha alertado de que se trata de una legislación "inoportuna" porque "Castilla-La Mancha es una de las regiones que soporta mayor presión fiscal" en un momento en el que "las economías están tocadas" por la pandemia de la covid-19 y ni las familias ni las empresas se han recuperado, y ha lamentado que la nueva factura del agua experimentará una subida entre el 25 y el 35 por ciento con respecto a la actual.

Por último, Guarinos ha recordado que el grupo popular ha presentado 41 enmiendas parciales al proyecto de Ley de Aguas de Castilla-La Mancha, sobre todo para que se elimine el nuevo impuesto, y que el PSOE no ha presentado ninguna, lo que a su modo de ver denota "la sumisión, el conformismo y el aplauso" de los socialistas a un Gobierno que va a volver a incrementar la presión fiscal.