La espectacular victoria este domingo del Real Madrid ante el Olympiacos en la final de la Euroliga de Baloncesto y el enorme protagonismo que tuvo en este gran éxito el entrenador del equipo blanco, Chus Mateo, dejó a todo el mundo con la boca abierta, y especialmente al conjunto griego, que no podía creerse la forma en que se le escapó el partido y el titulo europeo.

Muchos medios han puesto los focos este lunes en el papel clave desarrollado por Chus Mateo a lo largo del partido. El entrenador fue el gran artífice de la última jugada que desequilibró la final y dio la gloria al equipo español.

Tantas veces criticado a lo largo de la temporada, Chus Mateo diseñó un escenario que, después de una perfecta ejecución por parte de los jugadores, inclinó la balanza para los blancos, que se llevaron la undécima Copa de Europa.

Este enorme partido de baloncesto ya ha pasado a la historia y a los anales del Real Madrid, pero lo que no es tan conocido es que Chus Mateo es un toledano de adopción y vive en un chalé de la localidad toledana de Bargas, donde es muy popular y admirado entre sus vecinos.

Considerado una gran persona, el entrador del Madrid de baloncesto, es un hombre muy querido y sencillo que, después de ser tan cuestionado, recibe un merecido y gran premio a su gran trabajo profesional como entrenador.

Escuchando al jugador Walter Tavares tras el partido, Chus Mateo se emocionó porque sus palabras fueron muy bonitas y emotivas: “La gente debería pedirle perdón. Se ha dudado mucho de él. Es una de las mejores personas que he conocido”.