En su ensayo “La política y el lenguaje ingles” el escritor y periodista George Orwell hacia extensible a todos los partidos políticos, desde los conservadores a los anarquistas, que “el lenguaje político está diseñado para que las mentiras parezcan verdades, el asesinato una acción respetable y para dar al viento apariencia de solidez”. Una alumna aventajada de las tesis lingüísticas sostenidas por el novelista inglés pulula por Castilla-La Mancha: hablo de Patricia Franco Jiménez, al frente de la Consejería de Economía, Empresas y Empleo de Castilla-La Mancha.

Hace poco más de un año, El Pasante reconvenía con datos a la consejera Franco acerca del número de empresas creadas en la Comunidad. Siempre ufana y locuaz desde el púlpito institucional Franco presentaba unos datos donde, utilizando el argot cinematográfico, cualquier parecido con la realidad era pura coincidencia. Vuelve de nuevo ahora la consejera al escenario habitual por el que tan bien transita su trayectoria política, soltándonos esta semana otra perorata en la que asegura que Castilla-La Mancha, desde el inicio de la actual legislatura hasta el pasado mes de diciembre, “es la segunda comunidad del país en creación de empleo”, con cerca de 110.000 nuevos puestos desde junio de 2015.

Apañados estamos los castellano manchegos y especialmente los desempleados si para evidenciar la realidad de esta tierra acudimos a semejantes trovadores. Según las mismas fuentes donde Franco se “inspira” para ofrecer estos datos -la Encuesta de Población Activa del cuarto trimestre de 2018- en las comunidades de Andalucía, con 282.000 puestos de trabajo creados, Canarias (139.000), Cataluña (316.000), Comunidad Valenciana (165.000), y Madrid (227.000)  generaron más empleos que Castilla-La Mancha durante el mismo periodo. Igualmente, el paro en la región descendió hasta las 106.600 personas al término del pasado año, lo que nos sitúa en la quinta región -no cuarta, consejera- en cuanto a disminución de número de desempleados tras Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana y Madrid.  

Y, en efecto, por fin acierta la consejera al asegurar que en estos casi cuatro años de legislatura la tasa de paro en Castilla-La Mancha ha descendido cerca de 11 puntos, la comunidad donde más ha disminuido este indicador y también, añado, de las que más desocupación tenía en aquella época. Un consuelo bien pobre para una región que todavía arrastra secuelas de la crisis y sigue teniendo una de las tasas de desempleo más elevadas del país (16,16%),  por encima de la media nacional, y muchas familias con todos los miembros en paro y un elevado porcentaje de paro juvenil.  No obstante, tamaña algarabía de la consejera Franco ante la situación laboral por la que atraviesa la región se ha visto de inmediato acompañada y aplaudida por los tiraboleiros del partido, agitando con pasión el  incensario institucional a mayor gloria del Gobierno autonómico.  

Cada vez más cunde la impresión entre los ciudadanos de que nuestros políticos mienten más que hablan. Una población ya acostumbrada a semejantes abusos, al parecer necesarios para maquillar la incompetencia de algunos gobernantes acostumbrados a hacer afirmaciones como datos fiables de los que en gran medida son pura publicidad. Mas como todo sucede a velocidad de vertido, una trola es reemplazada de inmediato por otra sin rubor ni consecuencia alguna para el cuentista.