A ver. Falta un día pero, en general, la campaña electoral está siendo limpia en Castilla-La Mancha. Tal vez un poco entre comillas: “Limpia”. Más o menos. Ha tenido sus cosillas: un par de intentonas de irse al fango, algún insulto personal, un autobús de campaña calentito, tres o cuatro amagos chusqueros, pero nada especialmente fuera del tono habitual en una campaña electoral. No seamos tan ofendiditos, que se ve mucho el teatro de hacerse la víctima y gimotear. A una campaña electoral se llega llorado de casa. El que no quiera la guerra que no aparezca en el frente con fusil y treinta cargadores llenos. Estos chicos santos no son, ya lo sabemos, y siempre están dispuestos a montarse en una buena bronca. Para qué discutir, si puedes pelear, que diría el gran Loquillo. Zas que te doy. Otra cosa es tirarse al pantano y embarrarlo todo, ponerse a chapotear en el veneno, pero hasta el momento no ha sido el caso. Así que, visto lo visto, no vamos mal los castellano-manchegos para afrontar la jornada electoral del domingo, de la que, sí o sí, saldrá un solo presidente: o Emiliano García-Page o Paco Núñez. No hay otra. El todo por el todo en un domingo que, salga como salga el día, será maravillosamente luminoso y azul. Disfruten de la genial viñeta del grandísimo Mingote. No lo creerán pero es de 1971. El tiempo no pasa.