Atracción, amor y sexo, son los principales componentes del éxito de una pareja. La admiración, importantísima.

Amor y atracción se sienten, no pueden crearse, y tampoco reprimirse, y son una señal de algo auténtico. El sexo ,con atracción y amor, se convierte en mucho más placentero independientemente de ser necesario. El sexo es la manifestación física de lo que las palabras y el lenguaje no verbal no pueden expresar del todo. Es el fortalecimiento del vínculo y del apego, es fundirte con el otro para sentirte uno… es la otra comunicación con sentimiento.

Pero tener sentimientos no es suficiente aunque marcan una buena predisposición para todo lo demás. Los conflictos no se arreglan en la cama, no… el sexo así, sería un paréntesis en algo pendiente  por resolver y que muchos (sobre todo hombres) utilizan para dar por concluido ese momento de desencuentro,  pero  debería ser la culminación de haber encontrado un punto de solución, de satisfacción por haber resuelto, el sexo como manifestación de “qué bien nos entendemos hasta en la cama”.

Sobre la comunicación, como no me canso de decir, es el siguiente ingrediente más importante y no siempre se establece de manera adecuada. Aún con la mejor intención al comunicarnos con el otro,a veces poder empeorar una situación problema si llevamos esquemas de comportamiento preconcebidos que creemos que son necesarios en la pareja, además de  rencores, interpretaciones de palabras o silencios que nada tienen que ver con la realidad, silencios y más… Hay que hablar aunque sea para decir  “no sé cómo hacer para mejorar esto, para cambiar esto o para mandar todo a la porra… no sé”. Lo ideal es expresar lo que falla, lo que te molesta, lo que piensas aunque sea  erróneamente, lo que prefieres, lo que te gusta del otro (POR SUPUESTO también lo bueno)... pero muchas veces no sabemos cómo decirlo, cómo hacerlo e incluso DAMOS POR HECHO, JUGAMOS A ADIVINAR, SUBJETIVAMENTE, qué le pasa al otro, qué preferiría el otro, cómo reaccionará el otro… si le digo, si le pido, si le sugiero… y ¿en base a qué?

Hay muchas posibles interferencias al comunicarnos con nuestra pareja, aún en situaciones que no sean plantear un problema. En la comunicación habitual estamos mediatizados por nuestras experiencias comunicativas con otras parejas , amigos, padres…..y por nuestras experiencias de vida ,llenas de matices, que verteremos sin darnos cuenta en la comunicación diaria.

En los tratamientos de pareja la comunicación siempre  es un punto débil; hay que aprender a expresar, y sé que es difícil para algunas personas. No sólo sirve la intención, que es fundamental, sino que hay que tener presentes unos “mínimos” criterios para que esta comunicación sea fluida y eficaz , tanto para manifestar sentimientos, peticiones,  reforzar , corregir… y sin que el otro se sienta dañado. Al fin y al cabo son habilidades sociales dentro de la pareja. Y algun@s estarán pensando… uuufff ¿hacer un curso para decirle tal…? No, cada uno además tiene unas necesidades cuando se siente mal o cuando ve que algo no va: unos expresan, necesitan decir, y otros callan, evitan… y esa es su forma de intentar, porque no saben otra o porque en la de la expresión verbal no se sienten cómodos ni acostumbrados. Habría que buscar un punto intermedio de consenso al resolver: ni ¡ya, porque yo lo necesito ahora! ni ¡uf, que se pase, que lo deje, que se olvide… ya otro día hablamos!

En la interacción en la pareja, sobre todo en los inicios, deberíamos dejarnos llevar más y no crear o evitar situaciones racionalizando, por si acaso. Por si acaso qué. De esta manera estamos confundiendo al otro con conductas que no son espontáneas….y quizás lo que podría ser maravilloso, lo convertimos en enrevesado por miedos. A veces disimulamos y fingimos que el otro nos importa menos de lo que en la realidad es, por miedo a ser rechazados, por miedo a sufrir… por miedo a sentirnos manipulados, engañados, por si acaso no es verdad lo que parece que siente por mi… Le confundimos y la liamos, eso es, la liamos y  lo pasamos mal nosotros mismos... pero es que le estamos enviando mensajes contradictorios solo por nuestros fantasmas. Las experiencias de relaciones toxicas en nuestro pasado, se expresan con nuevas parejas en forma de miedos. “DÉJATE LLEVAR, POR FAVOR”. Lo peor es que, lo que no nos cuadra en nuestro esquema de “normal” (para nosotros), lo interpretamos como amenazante.

Lo hacemos mucho: miedos, necesidad de control… no hablamos, o decimos y actuamos de forma estructurada “para…”. ¿Para qué?

Por otra parte, ¿de qué hablar cada día? De cosas importantes, como se piensa? Noooo, cada día no ocurren cosas importantes para hablar. Cada día se habla de las cosas que han pasado en el día, mucho o “nada importantes”, de las que me han pasado a mi, graciosas, absurdas… y de las que te han pasado a ti, y que son interesantes porque me importas y porque así te conozco más. Somos un equipo y compartimos. La comunicación habitual y normal en una pareja consiste en contarle al otro tú día, preocupaciones, desencuentros con compañeros ,ilusiones… y no tienes que sentir que así pierdas tu independencia, privacidad o parcela personal al contárselo, noooo… eso es hacerle sentir al otro importante y tú también importante al sentirte escuchada. Acabo de referirme a otro aspecto importante en la comunicación, la escucha activa. Preguntar o estar ahí delante “escuchando tipo mueble” no sirve. Así sentimos que le está dando igual todo lo que le cuento y además seguro que está deseando que acabe.

Otro error es una comunicación con reproches. Éstos solo van a servir para poner a la defensiva al otro. No vamos a conseguir nada, cambios ninguno, al contrario, él también abrirá la “ cremallerita del pasado” y así lo que conseguiremos es empeorar la situación.

En cada momento y con cada problema sólo hay que hablar se ese problema. Meter otros pasados sin resolver, hará que el que nos ocupa, se tiña de mierda y ya sean dos sin resolver, éste y el que hemos sacado del baúl del rencor.

No ”jugar a adivinar”, como decía antes. Creer que el otro hace, dice o… por lo que nosotros creemos, es jugar a equivocarse y guardar en la memoria algo equívoco que siempre va a jugar en contra del otro en un futuro. Hay que preguntar, no hay que dar por hecho.

Muy muy importante al comunicarnos con la pareja es ser muy clarito y directo, sin hacer daño, con tiento que no es incompatible, poniéndonos en lugar del otro. Hay que ser claro por nosotros mismos y por los demás. Todo con claridad y cuanto antes, te hace sentir más seguro, más tranquilo y genera confianza en la pareja sobre ti. Los rodeos y adornos son por miedos y crean interpretaciones y malos entendidos que generarán nuevos problemas.

Ideal en las parejas es de vez en cuando, cada 15 días por ejemplo, hablar de cómo estáis, que echáis de menos en el otro, como os sentís en la relación. Expresar sentimientos de cariño y agrado tanto verbal como conductualmente, es un reforzador y un chute de bienestar tanto para el que lo expresa como para el que lo recibe.

Exigir lo que sea al otro, le hace sentir una marioneta por lo que es más aconsejable sugerir… ¿te parece tal? ¿te importa cuál? Yo creo que, pienso tal… A parte de que si nuestra pareja es reactiva, que reciba una orden es conseguir justo todo lo contrario. Cuidado, que se crea un nuevo problema así a lo tonto. Expresiones de dominancia dentro de la pareja hacen sentir al otro chiquito, si es dependiente, o le pone a la defensiva si es reactivo.

Ah, y sobre defenderse, es un mal panorama. "Escuchar" a la pareja para crear una defensa en vez de para crear un entendimiento y resolve,r es seguir en el campo de batalla, y eso es agotador. Es muy importante hablar respetando al otro y que así le llegue.

Es que en definitiva es muy importante querer al otro y que te importe, porque esto se refleja en la forma de comunicarse, tanto verbal como no verbalmente. La actitud , las miradas, los roces… son las otras comunicaciones que dan confianza y facilitan la comunicación de la que acabo de hablar.

Lo mejor ante situaciones de desencuentros o dificultad para expresar tanto emociones positivas como negativas, es acudir a una terapia de pareja.

Siempre siempre el amor y la voluntad de resolver, todo lo pueden.

Ana M. Ángel Esteban

Psicóloga Clínica. Sexóloga