A las pocas semanas de que el general Varela tomara posesión de su cargo como

nuevo Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, me invitó a visitar el Cuartel

General y a tener una reunión con su Estado Mayor. Como Secretario de Estado

de Defensa yo tenía las competencias en materia de gestión económica del

Ministerio, sobre las tecnologías de información y telecomunicaciones, sobre

las políticas de adquisición de armamento y material, y sobre las

infraestructuras de la defensa, entre otras. El Ejército de Tierra quería

exponerme sus inquietudes y necesidades en esas materias, y conocer las

líneas de actuación de la Secretaría de Estado que había asumido unos meses

antes. Tras los ceremoniales castrenses de ordenanza, pasamos a una reunión

con los generales de las tres divisiones (Planes, Operaciones y Logística) y de

la Secretaría General, quienes me fueron exponiendo las necesidades del

Ejército de Tierra, sus carencias y sus deseos. El general Pardo de Santayana

(un soldado de gran valía humana y profesional recién pasado ahora a la

reserva) al mando de la División de Logística, me expuso un viejo proyecto

que venía cultivando polvo desde hacía años debido a la escasez de dinero.

Se trataba de la agrupación de los catorce centros logísticos repartidos por

España en único espacio, para ganar así operatividad y generar ahorros. En la

actualidad, un carro de combate, por ejemplo, debe ser llevado a diferentes

centros logísticos según se trate de reparar o revisar su motor, su blindaje, sus

sistemas de armas o los demás elementos del mismo; y naturalmente eso es

inoperativo y costoso. El COLCE (que así se llamaba el centro logístico, porque

en los Ejércitos todo tiene unas siglas) permitiría ahorrar tiempo y dinero, y ello

favorecería la operatividad de la Fuerza. En el Ejército de Tierra habían

estudiado una operación parecida que acometió el Ejercito Británico con gran

éxito, y querían seguir su ejemplo.

Inicialmente el proyecto pretendía instalarse en unos ampliosterrenos de Defensa situados en el municipio de Pozuelo de Alarcón, cosa quea mí me parecía muy poco conveniente. En primer lugar, porque laconcentración de unidades en Madrid es ya excesiva. En efecto, entre Madridy Zaragoza se ubica un porcentaje altísimo del Ejército, y la instrucción que laministra Cospedal nos dio a todos los altos cargos del Ministerio fue la defrenar esa concentración y que no hubiera provincia española en la que nohubiera presencia de unidades militares. En segundo lugar, porque esos terrenos están en la zona más cara de España, y emplearlos en un centro logístico en vezde enajenarlos sería una muy mala decisión desde el punto de vista de la gestióndel patrimonio de Defensa. Con lo que vale ese suelo se podría allegar dinerosuficiente como para construir dos COLCE.

De modo que como Secretario deEstado solicité a los técnicos del Ministerio, Dirección General de Infraestructurase ISDEFE (Ingeniería de Sistemas de la Defensa) que fijasen unos criterios paraencontrar dónde ubicar el COLCE. Esos criterios eran los siguientes: Primero, ellugar elegido no debía estar más allá de cien kilómetros de Madrid. España tieneuna red radial de carreteras en la que Madrid ocupa el punto central. Esimprescindible estar lo más cerca de ese punto. Segundo, en el lugar elegidoel Ministerio debía contar con terrenos suficientes como para ubicar el COLCE.

No sería lógico tener que comprar terrenos si los hubiera disponibles. Tercero,

la ciudad elegida debería tener acceso directo a al menos tres autovías.

Cuarto, debía contar también con AVE que permitiera la comunicación

ferroviaria. La conclusión a la que llegaron los técnicos a los que ordené que

buscaran una ubicación para el COLCE no pudo agradarme más. Toledo

cumplía todos esos requisitos, y no había ninguna otra ciudad que lo hiciera. El siguiente paso era redactar un proyecto, lo que no era sencillo. En pocotiempo la Dirección General de Infraestructuras tuvo listo un anteproyecto quedebía luego ser examinado por otros departamentos técnicos especializados

en la parte industrial, no solo arquitectónica. Un centro logístico no es solo una

nave industrial, es algo mucho más complejo desde el punto de vista de laingeniería que debe instalarse en su interior. El caso es que pude ver los primeros planos de aquel COLCE y vi como aquel proyecto iba tomando forma.

En mayo de 2018 el PSOE presentó una moción de censura contra

el gobierno del que yo formaba parte. Ganaron. Tuvieron apoyos poco

recomendables, pero ganaron. Cuatro días más tarde recogía mis cosas del

despacho que había venido ocupando, me despedí de los que habían sido mis

colaboradores y me fui con el inmenso orgullo de haber podido servir a España

nada menos que como Secretario de Estado de Defensa. Una de las cosas

que sentí no poder haber acabado fue precisamente el proyecto de Base

Logística.

En la primera ocasión que tuve comenté a la alcaldesa Milagros Tolón el proyecto del COLCE, y le hice ver lo importante que sería que Toledo

contara con esa base militar. Cada vez que había alguna noticia en la prensa al

respecto la llamé para dar mi opinión y ponerme a su disposición para ayudar en

lo que pudiera y compartir lo que sabía. Ahora resulta que el COLCE se va a Córdoba que, salvo el del AVE, no cumple ninguno de los criterios que en su díafijamos. Parece que en el ayuntamiento de Córdoba han sido más diligentes queen el de Toledo en moverse ante el Gobierno para lograr esa importantísima

infraestructura. En realidad lo único que el Ayuntamiento de Toledo tenía que

hacer era defender lo que ya estaba decidido, pero por lo visto andaban a otras

cosas. Esta es otra ocasión perdida para nuestra ciudad, y ya van varias. Toledolleva muchos años en un estado de parálisis preocupante. Aquí no se muevenada desde hace tiempo, y creo que las ciudades son como las bicicletas: si nose mueven se caen.

Agustín Conde Bajén. Exalcalde de Toledo y ex Secretario de Estado de Defensa