La lucha de Karl Ove

Karl Ove Knausgard es un escritor peculiar, noruego y torrencial. Impactante, abierto en canal. Probablemente un tipo complicado, no lo pierdas de vista. Y ha cautivado a medio mundo con su monumental proyecto autobiográfico en seis volúmenes que se engloban bajo el título general de “Mi lucha”, tan sugerente como significativo y evocador. Su perspectiva personal y literaria emociona, arrolla, se lleva todo por delante: porque “Mi lucha”, lo que voy leyendo, es una confesión descarnada y brutal, un cañonazo humano de enorme singularidad. Literatura a bocajarro. El éxito de estos libros se debe probablemente a la fuerte conexión emocional que Karl Ove establece con el lector a partir de un alma compleja y turbulenta que se vacía completa en la escritura: memoria, confesión íntima, terapia del corazón, escritura total del yo. Tempestades. El primer volumen lleva por título “La muerte del padre” y es un río salvaje en el que entras y te arrastra en una corriente irresistible que ya no puedes abandonar. Pese a su crudeza, el desnudo integral y el dolor de tanta despojada sinceridad. El relato que Karl Ove hace de su padre es una colosal demolición que se clava por dentro y no puedes olvidar. Me conmueve e hipnotiza el duro y estremecedor comienzo de “La muerte del padre” y a partir de esa línea fascinante todo es una avalancha de literatura en caída libre: “La vida es sencilla para el corazón: late mientras puede. Luego se para”. La historia de un ser humano abierto de par en par. Tremendo.

La ley del silencio

Esta película te atrapa, te retuerce, te envuelve. Te plantea dilemas humanos y morales. Te interroga, te lleva al centro de tu corazón y tu cerebro y los agujerea. “La ley del silencio”, de Elia Kazan: es formidable. Obra maestra de 1954 en blanco y negro, sensacional y hermosísima fotografía, protagonizada por Marlon Brando en el papel del exboxeador Terry Malloy, uno de los mejores personajes de su carrera, junto a Eva Marie Saint y Karl Malden, como Edie Doyle y el Padre Barrie. Y con un Lee J. Cobb brillante y de gran contundencia, cara de malo malote y ausencia total de escrúpulos. Historia dura en torno a los pobres y olvidados estibadores de los muelles neoyorkinos, personajes de pura necesidad expuestos a los caprichos y las tempestades, impunemente controlados de forma repugnante por la mafia: un ambiente inmundo y roñoso que Elia Kazan perfila con mano poderosa. Vibrante, llena de emoción.

Luminoso guión de Budd Schulberg a partir de una serie de artículos publicados en el New York Post por Malcom Johnson, que ganó con ellos el Premio Pulitzer y dio origen a una de las grandes películas de la historia del cine, con un montón de oscars y una inolvidable interpretación de Marlon Brando: chico duro y a la vez vulnerable, frágil y redimible. ¡Qué gran actor! Te vuelca de su parte. La escena de Brando y Rod Steiger, los dos hermanos en el coche, es mítica y profunda, cumbre clave que marca los acontecimientos y pone definitivamente a Terry en el camino final que empezó a recorrer gracias a Edie, “lo único bueno que me ha pasado nunca”. Impresionante. “La ley del silencio” arrastra la oscura leyenda de que fue en realidad la mejor manera que encontró Elia Kazan de justificarse como delator de sus compañeros de Hollywood durante la Caza de Brujas, aunque el magistral director nunca admitió esa idea sobre una película que, en cualquier caso, siempre será inmensa y un sublime ejercicio cinematográfico, social y literario. Puro cine que te pega a la pantalla y te pregunta por la vida. También por la tuya propia.

¿Somos humanos o somos bailarines?

No lo sé. Yo también estoy arrodillado buscando la respuesta, pero una cosa sí está clara: este temazo “Human” de The Killers para mí es un golpe de vitalidad y una invitación a ver el sol cada mañana. Alegría para tiempos difíciles. Es extraño. No soy un gran seguidor de esta banda. No los sigo especialmente. No están en mi lista. Pero “Human” no me puede gustar más. Es una explosión de fuerza y de embaucadora energía. El origen de la canción se encuentra al parecer en una cita del escritor Hunter S. Thompson, pero su letra, enigmática y extraña, forma tan buena pareja con la música, que el tema es perfecto y arrollador. Ideal para despertar el día. Particularmente en esta versión en directo en el Royal Albert Hall de 2009. No te lo pierdas.

The Killers - Human (Royal Albert Hall 2009)

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