Stefan Zweig, el mundo de ayer

Hay que ver cómo escribe Stefan Zweig. Su soberbio libro de memorias “El mundo de ayer” es una de las grandes obras con las que me he encontrado en los últimos años, un torrencial ejercicio de literatura autográfica y un manual de valores humanos y de historias bien contadas. Me parece un libro nostálgico y maravilloso, no sé si su gran obra porque, entre otros, sus “Momentos estelares de la humanidad” tal vez sean también una cumbre de la literatura europea del siglo pasado. Ya sé que no descubro nada nuevo, pero no puedo resistirme a dejar constancia de la absorbente escritura de “El mundo de ayer”, su apasionada y magnética defensa de la juventud y la esperanzadora señal de vida en un escritor que vivió las dos guerras mundiales y tuvo que reinventarse tras ellas, con el dolor y la tragedia del exilio a cuestas. La vida en todo su desgarro existencial. No deja de ser una triste y brutal paradoja que Zweig terminara suicidándose en Brasil cuando creyó el mundo perdido bajo la bota devastadora y criminal del nazismo. La película que María Schrader dirigió sobre su vida bajo el título de “Stefan Zweig: Adiós a Europa” no está a la altura de un personaje tan grande, pero es un buen testimonio para acercarse al extraordinario escritor.

José Luis Garci: El crack

Lo de José Luis Garci es una sensacional historia de amor con el cine. Y también con la literatura y las buenas conversaciones. Posee un genio polifacético y absorbente que lo llena todo de calor y pasión por las cosas buenas. El cine, la radio, los libros, la música, los amigos imprescindibles. Y una intensa querencia por la libertad y el caminar por la vida con criterio propio, al margen de camarillas y goyas. La independencia como reivindicación. Algunas de las películas de Garci quedarán para siempre en el gran canon del cine español, aunque ahora que ha completado su excelente trilogía con “El crack cero” quiero rendir homenaje a un director al que he admirado siempre por sus maneras elegantes, su cuidado del detalle y su artesanía elevada a la categoría de arte. Hacer mucho con poco y hacerlo de manera sencilla, culta, enamorada y humilde, sin pontificar, ya sea detrás de la cámara, en sus programas de la televisión o la radio o en sus relatos y artículos. Un tipo interesantísimo, pozo sin fondo, siempre brillante y luminoso. De palabra caudalosa e intensa. “El crack cero”, con esa particular belleza en blanco y negro, ha sido un notable cierre de ciclo pero yo me quedo con más ganas de cine de Garci, aunque con el consuelo de tener los cowboys muy a mano en todo momento y no dejar de escuchar y correr. Da gusto tener cerca a gente sabia e inteligente que nos recuerde siempre cuanto nos queda por aprender.

El Crack Cero (2019) Tráiler Oficial Español

Loquillo, el último clásico

No necesito ser justo ni ponderado. Tengo a Loquillo en el número uno de mi particular Top del rock español. Que digan lo que quieran pero después de “Rock and roll Star”, él con 21 años y yo con 16, mi relación con la música española se arregló para siempre y nació una historia que nunca va a terminar. La gran canción compuesta por Sabino Méndez, tan bonita, tan sencilla, fue el primer gran éxito de Loquillo y los Trogloditas y la banda sonora principal de mi primera y segunda juventud. La llevo en el corazón para siempre. Pocas canciones tan icónicas como esta y tan representativas de los años 80, si acaso “Qué hace una chica como tú” de Burning o “La chica de ayer” de Nacha Pop y tres o cuatro más. Los Secretos, Joaquín Sabina, no sé… mi particular entusiasmo por Luis Eduardo Aute. A partir de ahí, toda la discografía de Loquillo ha sido fantástica y ejemplar y sus directos arrolladores, independientemente de que la vida no haya tenido la generosidad de dejarme estar nunca en uno de ellos. Ahora Loquillo se ha convertido en el último clásico y es una leyenda del rock and roll inundado de buenas canciones. El tío más elegante y además un tipo con una actitud admirable que siempre me ha caído tan bien. Larga vida a la buena gente.

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