El presidente de Castilla-La Mancha y secretario regional del PSOE, Emiliano García-Page, tiene dos ideas muy claras ante la proximidad de las elecciones autonómicas y municipales de mayo, a tan sólo cuatro meses vista: debe seguir profundizando en su dinámica de los últimos meses de marcar distancias con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y tendrá que intensificar su campaña personal con su propio sello más allá de las siglas del PSOE. Tanto Page como otros barones del PSOE, especialmente el aragonés Javier Lambán y el valenciano Ximo Puig, son conscientes de la erosión electoral que está sufriendo el PSOE por algunas de las decisiones más controvertidas del Ejecutivo de Sánchez, particularmente las rebajas de penas de la ley del "sólo sí es sí" y las reformas legales de la sedición y la malversación, y se disponen a lanzan sus propias estrategias electorales ante la gran cita de mayo.

Como apuntaba este mismo lunes el diario El Mundo en una interesante información, los barones socialistas están "muy preocupados" por las polémicas que saltan del Consejo de Ministros y que tanto ruido provocan, y eso les lleva a "afilar" su propio perfil ante la cercanía de unas elecciones en las que pueden salir perjudicados por el deterioro progresivo de la "marca Sánchez", tal como vienen pronosticando todas las encuestas que se publican desde hace meses. El último gran temor de Page, Lambán y Puig, entre otros dirigentes territoriales del PSOE, es la posibilidad de que la reforma de la malversación provoque ahora un "goteo de revisiones" de sentencias a la baja que empiece a generar noticias negativas para los socialistas. Según el periódico de Unidad Editorial, el PSOE estima que existen actualmente 140 casos susceptibles de revisión que podría "erosionar" electoralmente a los socialistas, y ese miedo se ha instalado entre los barones.

Ante esta situación, la estrategia está clara: marcar más distancias aún con Sánchez y diseñar una "campaña personal", al margen de la Moncloa y donde las siglas del PSOE queden diluidas o en segundo plano. La citada información explica que el entorno de Page da por hecho que el PP de Alberto Núñez Feijóo "nacionalizará" las elecciones autonómicas para convertirlas en un "plebiscito" contra Sánchez, aunque que, en general, puede penalizar a los socialistas, pero tal vez menos en Castilla-La Mancha debido al claro posicionamiento del presidente de la Junta contra las decisiones más controvertidas de la Moncloa. La opinión de García-Page es sobradamente conocida y seguirá marcando "perfil propio" con el objetivo de que prevalezca ante los votantes castellano-manchegos su imagen personal frente a la de Sánchez y el PSOE. 

En cualquier caso, tal como recuerdan desde el PSOE de Castilla-La Mancha, en esta comunidad históricamente ha prevalecido la campaña personal del candidato y "así viene ocurriendo desde 1987", ya que los ciudadanos de la región valoran a la hora de emitir su voto "algo más" que la marca socialista.