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Los detalles del nuevo capítulo en la "guerra fría" entre Cospedal y Sáenz de Santamaría

17 agosto, 2017 00:00

Las relaciones entre María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría nunca han sido especialmente buenas. Aunque ambas siempre han mantenido la compostura en público y se han guardado el debido respeto, sobre todo por el bien del PP, el entendimiento entre las dos mujeres de confianza de Mariano Rajoy ha sido prácticamente nulo desde que el presidente de los 'populares' accediese a la Moncloa, colocando a la vallisoletana como vicepresidenta del Gobierno mientras que la castellano-manchega ejercía como secretaria general del partido desde Génova. El equilibrio de poderes entre ambas siempre ha resultado espinoso.

Ahora, con Cospedal y Sáenz de Santamaría compartiendo Gobierno, una como ministra de Defensa y otra como Ministra de la Presidencia y para las Administraciones Territoriales de España, respectivamente, se empieza a hablar de nuevo de  “dos bloques” dentro del Consejo de Ministros, según informa El Confidencial Digital citando a altos cargos del Ejecutivo. Por una parte "Los Sorayos" y por otra "Los Otros", sobrenombre con el que se ha bautizado internamente (dicen que el bautismo no ha sido recibido con agrado) al grupo más próximo a Cospedal, integrado por los ministros Rafael Catalá, Isabel García Tejerina, José Ignacio Zoido y Dolors Montserrat. En medio aparecen “Los Nadales”, formado por Álvaro Nadal, Íñigo Méndez de Vigo, Alfonso Dastis y Luis de Guindos, que se han convertido en testigos externos de este enfrentamiento.

Según el citado medio, ha sido la publicación de un libro muy crítico con Sáenz de Santamaría y la última encuesta del CIS los dos elementos que han elevado la tensión entre los bandos del Consejo de Ministros. Titulado ‘La vice-presidenta’ y editado por La Esfera de los Libros, la obra de las periodistas Gabriela Bustelo (Voz Populi) y Alejandra Ruiz Hermosilla (ex editora ejecutiva de La Gaceta) muestra a una vicepresidenta “sin ideología”, con “mucha ambición” y con “poder para controlar los medios de comunicación”. Unas reflexiones basadas en testimonios que, en ocasiones, respaldan en el libro nombres y apellidos concretos, como el de el ex ministro de Asuntos Exteriores José Manuel García-Margallo, que no tiene reparos en asegurar que Sáenz de Santamaría “se habría instalado en el PSOE con absoluta tranquilidad”. Pero hay otras que son fruto de confesiones de cargos del Gobierno que prefieren mantener el anonimato. En este segundo grupo aparecen afirmaciones como la siguiente: “Es atea y se casó por lo civil en Brasil, pero cuando va al Vaticano se lleva un fotógrafo para hacerse una foto comulgando”. Otra: “Soraya es una pésima enemiga, una mujer que gestiona implacablemente el poder”. Unas frases que, por pertenecer a personas que se identifica como compañeros de Gobierno, han irritado especialmente a la vicepresidenta y sus afines.

Por otra parte, la publicación de la última encuesta del CIS la semana pasada ha provocado un rifirrafe en la sombra y, según El Confidencial Digital, los entornos de Sáenz de Santamaría y Cospedal han protagonizado un sutil cruce de acusaciones entre ambos bloques. Así, los afines a la vicepresidenta achacan la caída en intención de voto del PP a que “Cospedal ya no puede controlar al partido pero tampoco deja hacer a Maíllo”, produciéndose un “conflicto de atribuciones” que “genera deficiencias en la gestión”. Los cargos del partido y del Gobierno próximos a la ministra de Defensa y secretaria general replican, por el contrario, que el PP baja porque Sáenz de Santamaría se niega a que los ministros “pisen más la calle y acudan a actos de partido”, tal y como lleva reclamando María Dolores de Cospedal desde el inicio de la legislatura.

Así las cosas, la 'guerra fría' entre Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal parece estar más candente que nunca pese a la aparente tregua firmada a finales del año pasado, con la formación del nuevo Gobierno y la coincidencia de ambas en el Consejo de Ministros. Solo uno meses más tarde, las posiciones en el Ejecutivo de Rajoy parecen ya claramente definidas... y distantes.