Los acontecimientos políticos del último año han desbaratado muchas previsiones en Castilla-La Mancha y han trastocado los planes que pudieran tener tanto el presidente socialista de la Junta, Emiliano García-Page, como la líder de la oposición regional y ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal. Sólo en los últimos diez meses han ocurrido cosas tan sustanciales y significativas que todo ha cambiado, dentro y fuera de nuestra región: el derrocamiento y posterior resurrección de Pedro Sánchez en el PSOE, la ruptura del pacto político entre Page y Podemos en Castilla-La Mancha, el bloqueo de los Presupuestos regionales y la consiguiente crisis institucional en la región... son algunos de estos grandes acontecimientos que han marcado la vida pública regional y la están condicionando de manera evidente.

En el caso concreto de Cospedal se unen, además, sus propias circunstancias como ministra del Gobierno de Mariano Rajoy y un inevitable alejamiento físico de la región que, sumado a todo lo demás, está llevando al PP castellano-manchego a pensar en nuevas claves de futuro. No se reconoce abiertamente dentro del partido, pero empieza a ser evidente que se quiere evitar dar como segura la candidatura de Cospedal a la Presidencia de Castilla-La Mancha en 2019, algo que era justamente al revés hace por ejemplo un año. Además de los factores citados y la incertidumbre general que se desprende del bloqueo presupuestario en Castilla-La Mancha, es una clave importante la posibilidad no descartable de que se produzca un adelanto electoral en la región que obligaría al PP a elegir un candidato a la Junta antes de lo previsto y con Cospedal en un ámbito de poder muy alejado de la región.

Todo ello está llevando a los populares castellano-manchegos a empezar a abandonar la hipótesis, sin descartarla nunca del todo, de que Cospedal sea la candidata: desde luego no lo sería si hubiera elecciones anticipadas en Castilla-La Mancha y es dudoso que lo fuera a ser en mayo de 2019. Dentro del PP castellano-manchego el liderazgo actual de Cospedal es absoluto e indiscutible, como se comprobó además en el reciente congreso regional, pero ya se comienza a pensar en la posibilidad de que al final haya que optar por otras opciones para desbancar a Page y al PSOE del Gobierno castellano-manchego.