En Mota del Cuervo, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor: Alonso Cano Zarco.

Si algo caracteriza a este Lugar maravilloso de la Mancha conquense es ese sabor de lo auténtico en el que nos sumerge Don Miguel de Cervantes Saavedra en la obra cumbre de la literatura universal: “El Ingenioso Hidalgo Don Quixote de la Mancha” y en su segunda parte “El Ingenioso Caballero Don Quixote de la Mancha”.

Mota del cuervo nos embelesa y nos endulza con su Balcón de la Mancha en el que contemplar sus siete molinos de viento y cada sábado el gigante deja girar sus aspas a merced del viento, sus calles en las que vivió y recorrió Alonso Cano (El Quixote), sus casas señoriales y sus edificios Renacentistas: La iglesia Parroquial San Miguel Arcángel, La Tercia Real, el ayuntamiento (antiguo convento de Franciscanos) y sus ermitas: Santa Ana y San Sebastián en el núcleo de población y El Valle y Manjavacas en su término municipal.

El frio invierno hace que sus gentes se refugien al calor de su hogar para despertar con los primeros albores de la primavera con sus tradiciones fuertemente ancladas en lo más profundo de su alma: La Semana Santa Moteña, caracterizada por la sobriedad y silencio de sus desfiles procesionales, y por su Viacrucis Penitencial del Miércoles Santo con el Cristo del Perdón; la fiesta de ánimas, donde las danzantas recorren todos y cada uno de sus barrios con sus danzas y que tiene su culmen el sábado de Pentecostés con la “Quema del Sapo” y Santa Rita; para adentrarse, llegado el verano en sus grandes fiestas: La de su patrona Ntra. Sra de Manjavacas y La de San Agustín y Ntra. Sra. del Valle, terminando con las fiestas molineras dedicadas a Ntra. Sra. de los Ángeles.

Su paisaje, coronado por la “Sierra de los Molinos” se extiende por la inmensa llanura manchega donde contemplar como el colorido de sus campos va cambiando a lo largo del año con la llegada de cada nueva estación.

Su gastronomía típica manchega, su caldereta de cordero, la paletilla al horno, su pisto manchego, sus migas con uva, sus gachas y sus dulces típicos: Mostillo, Llueca y Sandrajá; todo ello aderezado con los mejores vinos de elaboración propia.

Sería ya hace más de 400 años, cuando Don Miguel de Cervantes recorría estas mismas calles que ahora recorremos los que tenemos la inmensa dicha de habitar estas tierras, junto a su Ingenioso Hidalgo, el Quixote Alonso Cano Zarco.

En el frio invierno de 2.018, que nos amenizó con una intensa nevada en el mes de febrero, comenzaba mi labor de investigación en torno al estudio de la relación de Don Miguel de Cervantes Saavedra, Don Quixote de la Mancha y Mota del Cuervo como “El Lugar de la Mancha” y que en estos dos años he ido plasmando en un Portal Web con todos los datos sobre este estudio de investigación: www.alonsoquixotecano.es que no se ha limitado solamente a Mota del Cuervo, como la Patria de Don Quixote, sino también a toda la comarca de la Mancha que tiene como corazón a Alcázar de San Juan, cuna de nuestro insigne escritor de las letras: Don Miguel de Cervantes Saavedra.