Los hombres, en especial  importancia a los que no se consideran machistas, piensan que la violencia contra la mujer no es solo física. En la escalera de la violencia contra la mujer el asesino está en el último peldaño, pero los primeros escalones están densamente poblados por todos aquellos hombres que sutilmente desvalorizan, cosifican a la mujer, o que siendo testigos de violencia hacia ella se muestran impasibles.