Emiliano García-Page se lo ha tomado con humor. Cuando le han preguntado si el nombramiento de Isabel Rodríguez supone poner en marcha la operación relevo en el PSOE regional, ha contestado con ironía: “A lo mejor soy el peor candidato posible”.

Luego ha añadido que no ve a Sánchez enredando en los lugares en los que su partido gobierna. En  el palacio de Fuensalida a Isabel Rodríguez no se la ve, ni mucho menos como un peligro, sino como alguien que puede tender puentes o al menos suavizar las relaciones entre los dos presidentes. Otra cosa es que Pedro Sánchez hubiera tirado, para el supuesto refuerzo del poder regional y municipal en el Consejo de Ministros de Milagros Tolón, la alcaldesa de Toledo, la única sanchista viva en la región y que se atreve a plantar cara a Page como se ha visto en el pleito familiar del Hospitalito del Rey.

Ya se sabe, que en el  PSOE, como en el PP, como en cualquier partido que se precie de ser un partido político, lo que respalda el poder que uno tiene internamente son los votos de tus ciudadanos. Si tienes votos eres alguien, si te fallan tus votantes no hay quien te ampare, y mientras que las urnas no se lleven por delante a García-Page, seguirá pastoreando su territorio. Él lo sabe, y además, como decía Mariano Rajoy en una de sus marianadas de andar por casa, eso ahora no toca.

Por  si alguien no se ha enterado en el PSOE, como en cualquier partido con el instinto de conservación intacto, solo hay primarias cuando no hay poder asegurado y no hay más remedio. Si la andaluza Susana ha caído es porque perdió la Presidencia de la Junta de Andalucía. Con la victoria por delante no hay primarias que valgan. Lo contrario sería consagrar el instinto suicida como principio fundamental de la vida partidista.

Pedro Sánchez ha  elegido a Isabel Rodríguez como ministra, y a nadie se le oculta que eso supone una manera de promocionarla dentro del partido. Si García-Page, perdiera o le diera por retirarse ahí estaría la exalcaldesa de Puertollano en los primeros puestos de salida para sucederle. Pero hablar de retirada o salto de García-Page a la política nacional hoy, es algo, si no imposible, si harto improbable. En el manual de resistencia de Moncloa van antes las elecciones municipales y autonómicas que las generales y en ese calendario  los votantes pondrán a cada uno en su sitio. Lo único que les vale a uno y a otro es ganar. Lo decía don Vujadín Boskov: futbol es futbol, gol es gol, gañar gañar.

Lo de Page, el peor candidato, solo lo piensa Paco Nuñez.