La pandemia ha dejado al menos unos cuantos libros. La mayoría son diarios. Libros escritos por la necesidad de expresar un estado de ánimo de un tiempo que desde el principio se percibía por la mayoría como excepcional. Algo que nunca se había vivido. El de Antonio Muñoz Molina formará parte del canon de lo que se escribió en aquellos días. El escritor no era un extraño en el mundo de la diarística. Así empieza Volver a dónde:

“Junio, 2020. Ahora es cuando no tengo ganas de salir a la calle. El estado de alarma que acaba de ser abolido continua vigente en mi espíritu. El mundo de después, sobre el que tanto se especulaba, ha resultado ser muy parecido al de antes, salvo por el incordio añadido de las mascarillas".

Y ya se sabe que un diario cabe casi todo: pensamientos, rememoración del pasado, proyección del futuro o un repaso a la manera de crónica periodística al paso de los acontecimientos que se suceden para todos y que se viven con angustia o esperanza. Uno de sus primeros diagnósticos de la situación nos suena a todos hasta convertirse en uno de esos lugares comunes difícilmente rebatible:

“Nadie, ni los más expertos, ni los que tenían la obligación y la responsabilidad de hacerlo, previó nada: pero a continuación ya no había figura intelectual que no se pusiera a improvisar dictámenes sobre el porvenir, a emitir juicios imperativos sobre el significado de lo que estaba pasando. Había una prisa por interpretar, por levantar teorías, por hacer nuevas predicciones que estarían sin duda tan equivocadas como las que se hicieron un poco antes, aunque ya nadie se acordaría de ellas.”

La reacción del escritor es clara ante lo que se viene encima:

“A mí se me acentuaba una aversión instintiva a las abstracciones, a las opiniones, a los vaticinios. Mi único deseo, mi inclinación exclusiva era observar en silencio, tomar nota, concentrarme en la parte de la calle que se ve desde mi balcón, en el escaso territorio autorizado para hacer la compra o pasear perros. Mis herramientas eran el cuaderno, la pluma, el tintero, los lápices, las tijeras, la barra de pegamento. Quería observar lo cercano como un explorador desconocido.”

Pero, para uno, la mejor mirada que nos deja Antonio Muñoz Molina es la que hace hacia su pasado, hacia los orígenes familiares, el mundo rural del que procede. Ahí están las mejores páginas. Lo que a uno le lleva a seguir leyendo y a identificarse por edad y condición con el escritor que vuelve a contarnos su historia con la pandemia de fondo y todo el tiempo del día y la noche para tener un motivo por el que seguir ejerciendo el oficio.

Sin ninguna duda estos diarios de Muñoz Molina se convertirán en una referencia literaria de un tiempo en el que fue inevitable volver hacia nosotros. Cada uno tuvimos un  tiempo con el que volver a algún lado. Volver a dónde.

_________________

Antonio Muñoz Molina. Volver a dónde. Editorial Seix Barral,2021. 352 páginas. 20,90€.