El químico Antoine-Laurent Lavoisier es considerado uno de los padres de la química moderna; suya es la frase que "la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma", menos en España, donde la energía "se crea, se destruye pero desaparece".
Sabíamos del presidente que es un maestro de la resistencia, que habla inglés mejor que nadie, que cambia de opinión y que es un genio del marketing, lo que todavía no sabíamos es que era un ilusionista a la altura de David Copperfield.
Han pasado ya varios días desde que se produjo el apagón en España y seguimos sin conocer la verdad. Durante este tiempo se ha hablado de ciberataques, aunque nadie lo haya reivindicado; de incendios en alguna de las grandes centrales eléctricas de nuestro país, aunque no se sepa en cuál de ella, y también de errores humanos que no midieron correctamente el flujo de entrada de la energía renovable, aunque haya cientos de días con idénticos niveles.
De una manera o de otra, lo que parece un contrasentido es que no haya ni una sola teoría lógica, sólida, creíble y entendible pese a la gravedad de lo ocurrido; unos hechos que han costado la vida a cinco personas y 4.500 millones de euros en pérdidas para la economía de nuestro país.
¿Qué ocurrirá finalmente?, la respuesta es la misma de siempre. El Gobierno y la oposición aprovecharán estos hechos para atacarse de forma chabacana y provocando el desinterés de los jóvenes por la política, al ver cómo unos y otros pregonan sus argumentarios políticos sin buscar el bien común.
Y entre tanto, la presidenta de Red Eléctrica, ex ministra de José Luis Rodríguez Zapatero, asegurando que "no volverá a pasar", que "España está preparada" y que "no falló absolutamente nada" ¿Alguien me lo puede explicar?
Es tan dantesco como infame el hecho de que hace sólo cuatro meses se negara la posibilidad de que España sufriera un apagón de estas características, "vendiéndonos" que en nuestro país teníamos uno de los sistemas energéticos más avanzados del mundo, capaces de producir más del doble de la energía que necesitábamos.
Pues bien, el Gobierno ha logrado el mayor truco de ilusionismo de la historia; haciendo desaparecer en sólo cinco segundos, la misma energía que se necesitó en España durante los días de la "Filomena".
En definitiva, y viendo lo visto, parece que una vez más nos quedaremos sin saber qué ha ocurrido en España. Yo tengo mi teoría, quizás sobran "enchufes" y faltan "luces".