Entorno al 76 % de los españoles propietarios de una vivienda tienen contratado un seguro del hogar. ¿Y saben qué? De esos, entorno a un 33 % no lo ha utilizado nunca.
No sé si coindicen conmigo, porque esto es una opinión personal forjada a base de pésimas experiencia: muchos de los que lo hemos utilizado o hemos intentado utilizarlo nos damos cuenta de que los seguros del hogar sirven de poco o de nada. No sé como se lo montan, pero resulta que nunca cubren lo que se supone que deberían de cubrir.
Permítanme que le dé un poco la brasa con mi caso personal. Resulta que, según mis condiciones del seguro, yo tengo derecho a mantenimiento de cosas que puedan romperse en mi hogar. Pero, oye, que si te gotean dos radiadores, solo tienes derecho a que te cambien al año la llave del agua de uno; si tu cerradura de la puerta se estropea, solo te entra la mano de obra pero no los materiales; si la humedad te ha abombado una puerta, uy, resulta que no, porque eso son mantenimientos mayores y el seguro se hace cargo solo de mantenimientos menores.
¿Sólo me pasa a mí o tienen ustedes la impresión de que en su póliza de seguros les están tomando el pelo? Miren, el precio medio de un seguro del hogar en nuestro país es de unos 200 euros anuales, pero lo cierto es que mucha gente paga entre 200 y 400 euros al año. Es un precio más que razonable para que la aseguradora se haga cargo de los posibles problemas que uno puede tener en su hogar y lo que pasa en general es que siempre hay una excusa, un "es que...", un "esto no entra".
Yo creo que el Ministerio de Consumo debería ponerse las pilas, lo mismo con otros sectores como el automóvil, la salud o incluso los decesos. Nos están tomando el pelo a los consumidores. Contratos farragosos, enrevesados y escritos para sembrar la duda sobre las coberturas, coberturas insuficientes para el dinero que se paga, mala praxis en la renovación de los contratos y al intentar impedir el fin de los mismos, chanchullos con los profesionales que acuden a resolver los problemas y cuyas conclusiones son retocadas o cambiadas por las empresas aseguradoras, esperas inauditas ante siniestros que necesitan de una atención prioritaria y, sobre todo, desamparo por parte de los consumidores que nos sentimos muchas veces solos, maltratados, engañados y abocados a resolver cualquier problema por nuestra cuenta.
Lo único seguro en muchos seguros es que seguro que no tiene cobertura su problema, su avería, su preocupación. Me llamo Ángeles y estos son mis demonios.