Acciona Energía ha culminado su primera planta de generación renovable híbrida en la provincia de Cuenca. Dentro de los términos municipales de Villalba del Rey y Tinajas, la compañía ha construido una planta fotovoltaica de 29,4 megavatios (MW) en el emplazamiento de su parque eólico Escepar de 36 MW. En total, la compañía será capaz de generar la energía limpia suficiente para abastercer a más de 30.000 hogares.

La novedosa planta conquense cuenta con 54.208 módulos fotovoltaicos capaces de generar 48.170 MWh de electricidad limpia al año de origen solar. Esta cantidad equivale al consumo de unos 13.800 hogares y se suma a los 57.500 MWh anuales que ya produce el parque eólico del mismo nombre, según ha informado la compañía.

En conjunto, las dos instalaciones que forman la hibridación generarán electricidad para abastecer a más de 30.000 hogares y evitarán la emisión de más de 46.000 toneladas de CO2 al año, equivalente a plantar dos millones y medio de árboles, o a retirar de la circulación más de 17.750 coches.

Además, la hibridación de Escepar ha generado hasta 130 empleos durante el pico de su construcción y se enmarca en el programa de Gestión del Impacto Social (GIS) que Acciona Energía implementa en todas sus instalaciones, con el objetivo de "generar un impacto positivo en las comunidades en las que opera mediante la reinversión de una parte de sus ingresos anuales en la zona", remarcan desde la compañía.

En el caso concreto de Villalba del Rey, la empresa está llevando a cabo un programa de revitalización de la Cooperativa Santos Sebastián e Isidro, uno de los principales motores económicos del municipio, y financiando diversas medidas para impulsar su rendimiento. Además, ha organizado diferentes actividades en la Asociación de Jubilados y Pensionistas de Tinajas y está financiando la mejora de sus instalaciones.

Escepar es la primera hibridación de la compañía, una fórmula que permite que dos o más tecnologías renovables utilicen el mismo punto de conexión, optimizando así el uso de la red. Al combinar tecnologías capaces de alternarse como son la eólica y la solar, se reduce la dependencia de las condiciones ambientales y se consigue una producción renovable más constante y estable.

Además, al compartir infraestructuras, se evita la construcción de nuevas líneas eléctricas, subestaciones, instalaciones y caminos, reduciendo el impacto medioambiental que tendrían dos proyectos independientes.