La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) de Toledo ha valorado este miércoles el año 2023 en materia agrícola y ganadera calificándolo como "pésimo", centrando su atención en la sequía y pérdidas en ganadería por las enfermedades y el incremento de los costes.

La presidenta de la organización agraria, Blanca Cotorro, ha señalado que "el futuro del sector agropecuario y poder asegurar a la sociedad alimentos suficientes, seguros y de calidad pasa, irremediablemente, por una buena gestión del agua", defendiendo que la política hídrica no puede ser "la de prohibir y limitar", sino que debe pasar por hacerse una buena gestión, según ha informado Asaja Toledo por nota de prensa.

En este sentido, Cotorro ha defendido que los agricultores toledanos "han hecho sus deberes reduciendo el consumo de agua". "Si en los años 70, el consumo medio por hectárea de regadío en Toledo era de 4.000 metros cúbicos, en la actualidad está entre 1.600 y 1.800", ha señalado.

En cuanto a la ganadería, Asaja Toledo ha pedido a la Consejería de Agricultura elaborar un plan estratégico para el sector con protocolos de actuación y líneas de ayudas ya fijadas que preparen a nuestra ganadería para aguantar y recuperarse mejor de posibles crisis sanitarias futuras.

Sectores

Por sectores, Asaja Toledo destaca que el cereal, con apenas 200.000 toneladas de producción, ha sufrido una pérdida de cosecha del 80% con relación a 2022. Estas cifras no se han reflejado en el precio del grano, que ha experimentado un descenso del 26% a lo largo del año.

En cuanto al viñedo, la organización agrícola apunta que Toledo ha bajado en 2023 un 33% su producción de vino y mosto, con un importante descenso en la comarca de Méntrida como consecuencia de la DANA.

En lo que respecta a los frutos secos, Asaja plantea que el sector de la almendra sigue al alza en cuanto a superficie, con un incremento cercano al 3%, y un repunte en la producción con respecto al año pasado favorecida, principalmente, por la entrada en producción de nuevas parcelas.

Sin embargo, el precio, ha sido casi un 20% con respecto al año anterior, sin que esta bajada esté justificada, ya que tanto España como el resto de la UE son deficitarias en almendra y, aunque sin los datos del último trimestre a primeros de octubre las importaciones de almendra americana habían bajado un 15%.

Por último, señalan que se prevé una producción de aceite de entre 21.000 y 23.000 toneladas, ligeramente superior a las 18.000 del 2022, pero muy por debajo de una campaña media que, en la provincia, se sitúa en 38.000 toneladas. Con relación al precio de este producto, la presidenta provincial de Asaja ha descartado que se deba a movimientos especulativos, sino a "encadenar dos campañas muy cortas a nivel nacional y a un incremento de los costes de producción de entre el 30 y 40%".

En la presente campaña de aceituna Asaja señala que ha vuelto a quedar patente el grave problema de falta de mano de obra que tiene el campo, y no se han cubierto ni la mitad de las ofertas de trabajo que, para esta campaña, se cifran en unos 500 trabajadores. Plantean que esta situación se da a pesar de que el pasado mes de noviembre había registradas en las listas del paro agrícola de la provincia 1.789 personas.

Ante esta situación, Asaja Toledo insiste en la necesidad de que los demandantes inscritos en el SEPE que estén cobrando algún subsidio puedan volver a recuperar esta ayuda una vez terminen sus contratos en la agricultura.

Complicadísimo

Por su parte, María Tapia, vicepresidenta de Asaja Toledo y responsable de ganadería, ha calificado el 2023 como un año "complicadísimo para el sector", sobre todo en granjas extensivas, principalmente por la incidencia de la viruela ovina y de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE)". A las crisis sanitarias, que han precisado de mayores inversiones en servicios y productos veterinarios, se ha sumado un año sin pastos de primavera debido a la sequía, con el consiguiente incremento del gasto en alimentación.

En el caso de la viruela ovina, después de las ayudas para la reposición de ganado anunciadas por el Gobierno regional, Asaja trabaja en que sea tenido en cuenta el lucro cesante a efectos de indemnización.

En cuanto a la EHE, los ganaderos afectados muestran su preocupación no solo por los animales perdidos y los abortos, también por la debilidad de las reses tras pasar la enfermedad y los posibles efectos negativos en su capacidad reproductiva, que podría dificultar la reposición de ganado de estas explotaciones.

Asaja ya ha pedido a la Consejería de Agricultura ayudas directas por pérdidas y afección de animales, tal y como se está haciendo en otras comunidades autónomas. Además, afirman que se está trabajando para que estas enfermedades entren dentro de los seguros ganaderos ya que, actualmente, no están cubiertas.