El Real Madrid disputa este sábado un partido que vale un título. Los blancos llegaron a Marruecos con muchas dudas, pero están a solo un partido de poder sumar un nuevo entorchado a sus vitrinas. Un Mundial de Clubes que sin duda no da para una rúa, pero que bien puede suponer el punto de inflexión que no fue la Supercopa de España. 

El conjunto blanco ha iniciado el 2023 con dudas y altibajos, pero nada mejor que un éxito para arrancar una racha positiva. El Real Madrid, a pesar del poco nombre del rival, no lo tendrá fácil, ya que además de al potencial del Al Hilal tendrá que hacer frente a las bajas de jugadores como Courtois, Mendy, Benzema o Militao. Los dos últimos, tocados aunque no hundidos. 

Precisamente la ausencia de Karim Benzema dibuja un panorama nuevo para un jugador que está creciendo a pasos agigantados y que ya se ha situado como uno de los mejores del mundo. Sin embargo, le falta ese año de consolidación y de grandes citas para terminar de ganarse el respeto de todo el fútbol mundial. Se trata, como no, de Vinicius. 

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El brasileño será la referencia ofensiva de un Real Madrid que sin Benzema pierde a su mejor arma. Sin embargo, el '20' merengue llega enrachado, cuatro goles y una asistencia en los últimos seis partidos, y enrabietado. Viene de hacer grandes actuaciones y las últimas polémicas solo han servido para que se crezca y para que tenga más ganas de acallar con su fútbol a los que le persiguen. 

Solo ante el peligro

La temporada pasada de Vinicius fue un absoluto escándalo. Pasó de marcar 5 y 6 goles en sus dos primeros cursos a hacer 22. Además, pasó de producir 8 y 10 tantos a nada más y nada menos que 38. Se destapó como un oportunista de la definición y como un gran asistente. Un jugador total capaz de decidir una final de la Champions. Suyo fue el gol que tumbó al Liverpool en París para ganar La Decimocuarta. 

Esta temporada, 'Vini' va camino de superar esos registros. En 32 partidos disputados, 20 menos de los que jugó el año pasado, ya ha marcado 14 goles y ha repartido 6 asistencias. Y eso que todavía le queda por delante toda la Champions, la segunda vuelta de La Liga y las rondas finales de la Copa del Rey. 

Vinicius Júnior, celebrando su gol en la semifinal del Mundial de Clubes 2023 con la camiseta morada del Real Madrid Reuters

No obstante, antes que todo eso, Vinicius tiene la oportunidad de sumar un nuevo título a sus vitrinas, el Mundial de Clubes. El brasileño ya tiene 8 conquistas en su palmarés a pesar de que solo tiene 22 años. De hecho, ya ganó el Mundial de Clubes en el año 2018. Sin embargo, ahora tiene la oportunidad de hacerlo como protagonista. 

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La baja de Karim Benzema y la importancia que se ha ganado en el equipo harán que este sábado ante el Al Hilal todo el peso de la ofensiva merengue recaiga sobre sus jóvenes, pero expertas espaldas. Fede Valverde, Rodrygo o Asensio serán los secundarios de lujo, pero sin un Karim al 100%, todo pasará por las botas de 'Vini'. 

El brasileño quiere demostrar que está preparado para ser el referente del mejor equipo del mundo y por eso la final del Mundial de Clubes será una gran oportunidad para testar su capacidad de liderazgo, su madurez y su habilidad para ser decisivo en los momentos de la verdad. Y ese es una final en la que Ancelotti no tendrá a su gran estrella al frente. Vinicius acepta el reto y quiere la copa que espera levantar de las tinieblas a este Real Madrid. 

El peligro de la presión

Esta situación de estar solo ante el peligro tiene un lado bueno, la gloria, y un lado malo, la presión. Vinicius quiere abrazarse al primero, pero está claro que la sombra del segundo es realmente alargada. El brasileño lleva muchas semanas estando en el ojo del huracán debido a la fervorosa corriente racista que le persigue en España. 

Campos como el Metropolitano, Zorrilla o Son Moix se han unido a la campaña de insultar a Vinicius solo por su color de piel, como si en lugar de demostrar poca educación y falta de civismo fueran a dar alas a sus defensores para parar al que ahora mismo es el jugador más desequilibrante del mundo. Ese que es imparable en el regate y que, por si fuera poco, tiene gol. 

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El Mundial de Clubes está siendo un remanso de paz para Vinicius, ya que se ha demostrado una vez más, como sucede en la Champions o cuando juega con Brasil, que fuera de España ninguno de los problemas anteriormente citados aparece. Será que el problema no lo tiene él y sí los energúmenos que desde la grada o desde el campo le persiguen para amargarle la vida. 

Vinicius no se ha visto envuelto ni en polémicas, ni en corrillos ni en disputas en este Mundial de Clubes y todo hace indicar que la final será un escenario similar. Solo fútbol, y puede que hasta un título, para intentar borrar la triste realidad de las últimas semanas y regresar al campeonato nacional dando un golpe de autoridad encima de la mesa.

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En las últimas horas, algunos compañeros como Fede Valverde o Tchouameni han salido en su defensa mientras Vinicius se centra en lo que mejor sabe hacer: jugar al fútbol y marcar goles como hizo ante el Al Ahly y como ahora espera hacer ante el Al Hilal.