El derbi entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid en el Wanda Metropolitano encontró la polémica en el minuto 38. Jesús Vallejo y Eder Militao pararon a un Matheus Cunha que se presentaba solo delante de Andriy Lunin. Parecía una carga legal y eso supuso que César Soto Grado no señalara penalti. Cuando se paró el juego, el VAR llamó al colegiado y, tras revisarlo, vio un pisotón del central español cuando el delantero ya está cayéndose. Eso sí lo interpretó como punible y señaló el punto de penalti. Yannick Carrasco lo anotó.

Cunha se dirigía a portería para tirar ante Lunin, pero entre Vallejo y Militao lo evitaron. El primero, sin embargo, lo hacía, además de con su cuerpo, pisando el pie de delantero colchonero. El colegiado, sobre el terreno de juego, gesticuló dejando claro que no vio nada punible, pero las protestas del Atleti daban a entender que sí podría haber algo punible. Así lo vio también Juan Martínez Munuera desde la sala VAR, que le recomendó al colegiado riojano volver a ver la jugada.

Al final, el árbitro acudió a la banda, vio el pisotón y lo sancionó como penalti. Entre todo, Marcos Llorente vio la tarjeta amarilla por protestar vehementemente la falta que en primera instancia no se había señalado. Era uno de los cinco rojiblancos apercibidos para el derbi ante el Madrid. Se perderá el partido del miércoles de los rojiblancos ante el Elche. Desde el punto de los once metros, Carrasco puso el 1 a 0 en el marcador, engañando a Lunin, lanzando por su izquierda. 

Penalti de Jesús Vallejo

El colegiado recibía una llamada al oído y un susurro: "Pantalla". Iba hacia ella, ésta con una imagen congelada: el momento en el que Vallejo pisaba al brasileño. Cinco segundos después su dedo señalaba el punto de cal ante Lunin. Carrasco lo marcaría. "Si en este penalti no hubiera VAR, este penalti llenaría polémicas y polémicas durante muchooo tiempo, semanas", confesaba minutos después, al descanso, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida.

El Atlético de Madrid logró una victoria desconocida en el Wanda Metropolitano, la primera contra su 'eterno' rival en su moderno estadio, a través de un penalti transformado por Yannick Carrasco, oro puro para el conjunto rojiblanco en su persecución obsesiva de la Liga de Campeones, a tan solo ya un triunfo, sin depender de nadie más que de sí mismo. A tres jornadas del final, sus seis puntos de ventaja sobre el Betis, más la diferencia particular a su favor contra él, lo postula en una situación de privilegio.