Los documentales sobre las estrellas del deporte continúan estando de actualidad. El que protagoniza Anelka sigue dejando jugosas declaraciones sobre su etapa como futbolista del Real Madrid. El exjugador ha asegurado que nada más llegar al club blanco entendió que odiaba ser una estrella.

"Comprendí que significa ser una estrella cuando llegué al Madrid... y lo odié. Tras la rueda de prensa, llegué al vestuario. Llegué el primero y me senté. Cada jugador que llegaba me decía: 'Ese es mi sitio'. 'Ah, perdona, ¿puedo sentarme ahí?'. 'Si, claro, ahí sí' y llegaba otro y me decía: 'Ese es mi sitio'. Así, como veinte veces. Pensé '¿Qué hago aquí?'. Este va a ser un entorno hostil y duro. Aquel día no fue más que el principio de una pesadilla", dice el galo.

"La presión fue enorme desde el principio. Me daba cuenta de ello porque en la prensa, cada día hablaban de mí o salía una foto mía. No estaba dando la talla en el campo, en parte, porque no tenía vida privada. No podía hacer nada. Tenía 20 años y no podía salir", continúa Anelka.

El delantero francés Anelka, en un partido del Real Madrid

"Hablaban de todo lo que hacía. Sí compraba algo, salía en los periódicos. La prensa te pide que te abras pero yo no soy alguien abierto. Puede que eso tuviera que ver con que no me aceptaran en el equipo, que no se me dieran bien las cosas sobre el campo, que la prensa no estuviera de mi lado…", narra el que fuera delantero sobre la presión mediática a la que estaba expuesto.

Anelka revela que llegó a pedir explicaciones cuando salió del once titular, pero que fueron aplazando la conversación y eso no le sentó nada bien: "Metí un gol -al Barcelona- y estaba súper feliz. No jugué bien el siguiente partido y después, dejé de ser titular. Así que fui un día a entrenar y dije: 'Tenemos que hablar'. Me dijeron: 'Después de entrenar' y me negué, quería que fuera antes del entreno. Insistieron en que no, 'que luego'. Me sentó mal su reacción y pensé que si ellos eran bordes, yo también lo sería. Tenía una mentalidad de calle y no era nada dócil".

Por este motivo, el francés decidió ponerse en huelga para forzar así a que hablasen con él y fue Lorenzo Sanz el que le llamó y le dijo "más te vale ir mañana", a lo que Anelka contestó "ya veremos qué pasa mañana". "Me culparon de todo a mí, pese a que solo quería que me dejaran tranquilo para centrarme en el fútbol y demostrar que tenía talento y podía jugar en el Madrid", se defiende.

Momento del perdón

El Real Madrid multó y suspendió al jugador durante varios partidos, algo que le llevó a tener que entonar el mea culpa para poder volver a vestirse de corto: "Fue duro volver a entrenar porque los jugadores estaban contra mí. Muchos de ellos fueron a por mí en el campo pero venía de Inglaterra estaba acostumbrado al contacto. Hubo algunos forcejeos y disputas en el terreno de juego pero después, todo volvió a la normalidad".

Arrepentido

Ahora echa la vista atrás y se arrepiente de no haber aprovechado mejor la oportunidad de jugar en el mejor club del mundo: "Ayudé al Madrid a ganar La Octava. Estoy orgulloso de ello. No aporté casi nada en el Real Madrid. Me hubiera gustado aportar más pero no tuve la ocasión. Yo tampoco lo hice bien. Pasaban muchas cosas. Tengo muchos remordimientos".

Anelka y Karembeu con la Champions League, La Octava Reuters

"Quería jugar en el Real Madrid, pero era demasiado joven para entender que eso implicaba sacrificios. No debí decir o hacer ciertas cosas pero cuando haces las cosas por primera vez, no lo sabes. Fue al principio de mi carrera. Quizá demasiado pronto. No supe valorarlo. No sabía que no ganaría ninguna Champions más. A los 30, entiendes la importancia. Entiendes lo que es la Champions y la saboreas de otra forma", sentencia Anelka.

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